El combate al cambio climático y las acciones en favor del medio ambiente tienen una alta valuación en los mercados de valores internacionales. Cuando una entidad emite bonos verdes, se compromete a que sus productos o servicios se desarrollen bajo lineamientos que permiten reducir emisiones, impulsar la economía circular y el uso de energía renovable, entre otros. Dichos aspectos han permitido que el mercado de bonos verdes crezca sin precedentes en años recientes.
Los bonos verdes son instrumentos que permiten la obtención de capital e inversión para proyectos nuevos o existentes con beneficios ambientales. Su objetivo es ayudar a los emisores a financiar proyectos sustentables que fomenten una economía de emisiones cero y al mismo tiempo protejan al medio ambiente.
Los emisores de este tipo de instrumentos han sido llamadas empresas verdes debido a las medidas que toman para reducir el impacto negativo en el ambiente, y por el fomento a las prácticas sustentables. Bajo este enfoque es que buscan alternativas de financiamiento adecuadas a sus estrategias de cuidado al medio ambiente, como los bonos etiquetados.
Los bonos etiquetados como verdes están sujetos a los Green Bond Principles establecidos por la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA por sus siglas en inglés), los cuales son lineamientos que establecen el uso de los recursos, el proceso de evaluación y selección de los proyectos, la gestión de los fondos y la evaluación de su uso a través de informes anuales.
Cualquier entidad gubernamental o privada puede emitir bonos verdes, siempre y cuando tenga una calificación crediticia y haya un tercero que avale su estrategia de sustentabilidad y el uso de dichos recursos. Teniendo la aprobación, se tendrán que realizar informes anuales para ver el cumplimiento del fin de los recursos.
En México, el primer bono verde fue emitido en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) en el 2016 por Nacional Financiera (NAFIN). La emisión fue por un monto de 2,000 millones de pesos. La transacción fue tan exitosa que logró una demanda de cinco veces más de lo ofertado y participaron inversionistas de diferentes partes del mundo como Asia, Europa y América Latina. Los recursos de este bono fueron destinados al financiamiento de proyectos de energías renovables, como la construcción de parques eólicos ubicados en Oaxaca, Nuevo León y Baja California.
El mercado de bonos en México sigue creciendo y desde entonces, la BMV acumula 58,600 millones de pesos en 26 emisiones etiquetadas, aunque aún es una parte mínima respecto al «boom» que se vive en los mercados internacionales. Se estima que, en 2021, las emisiones globales de bonos verdes, sociales y sustentables toquen máximos de 650,000 millones de dólares, 32% más que el año anterior, y que representen hasta 10% del total de emisiones de bonos a escala global.
A nivel nacional, la emisión de bonos verdes ha apoyado el desarrollo de proyectos relacionados con vivienda sustentable, proyectos de sostenibilidad del agua y de eficiencia energética, y desarrollo de parques de energías renovables. Dichos proyectos han apoyado a reducir las emisiones de carbono y a eficientar el uso y tratamiento del agua, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, y el Acuerdo de París.
2021 apunta a ser un año histórico para la emisión de bonos verdes y sustentables en México. Hay cada vez más emisores preparados con marcos de trabajo en materia de sustentabilidad, mayores esfuerzos e iniciativas para el cuidado ambiental, y también un mayor apetito de todo tipo de inversionistas.
*Nalleli Barajas es subdirectora de Sostenibilidad de Grupo Bolsa Mexicana de Valores.
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