Todos venimos al mundo con una única certeza: la inmortalidad no existe y todos, en algún momento, vamos a morir.
Sin embargo, parece que las figuras más importantes de Silicon Valley no se conforman con este destino y han dedicado parte de sus esfuerzos en encontrar la clave de la inmortalidad.
“Hay toda esa gente que dice que la muerte es natural, que es parte de la vida, y creo que nada puede estar más lejos de la verdad”, dijo el cofundador e inversor de Paypal, Peter Thiel, a Business Insider en 2012.
Para él, “la muerte es un problema que puede ser resuelto”.
Thiel forma parte de un grupo de multimillonarios inversores de Silicon Valley que se han pronunciado en numerosas en ocasiones sobre la posibilidad de que la ciencia, con ayuda de la tecnología, retrase el envejecimiento de forma indefinida.
Recientemente, el gerontólogo biomédico inglés Aubrey de Gray aseguró en el South Summit que la realidad de que el ser humano llegue a vivir hasta los 1,000 años cada día está más cerca.
En los últimos años, la industria de la longevidad ha explotado de la mano con un boom de startups centradas en la ciencia del envejecimiento. El principal objetivo de éstas es descubrir cuáles son los biomarcadores en los que hay que enfocarse para retrasar el proceso.
El interés no es en balde: se estima que el número de personas de 80 años o más se triplicará, de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050.
No obstante, las startups parecen rebajar un poco las expectativas de los grandes gurús tecnológicos de Silicon Valley.
Por ahora, más que buscar la inmortalidad, las compañías se centran en tratar las enfermedades asociadas al envejecimiento y aumentar la calidad de vida.
“A partir de los 40 años, empieza el declive de nuestro cuerpo”, explicó Marc Ramis, CEO de Senolytic, una startup española que busca combatir el envejecimiento creando moléculas que tuvieran como dianas las células senescentes.
La idea de comprender la biología de estos procesos permite manipularlos con el objetivo de lograr “que estés en los 30 años hasta los 80, y luego el declive sea más rápido”.
Lo mismo señaló Steve Matlin, CEO de Life Length, la primera startup capaz de leer telómeros.
“Nadie quiere envejecer”, aseguró Matlin. El CEO rechaza la posibilidad —por lo menos a corto plazo— de vivir 200 años, pero afirmó que “es factible llegar a los 70 años tan sano como a los 30”.
“Ahora hay mucha esperanza de vida, pero a partir de una edad se vive sin salud”, reflexionó Matlin, quien reiteró que la gente no tiene tanto miedo a la muerte como a sufrir o a perder autonomía al final de la vida.
Sin embargo, el CEO de Life Length no descartó que el futuro traiga realidades que ahora suenan a ciencia ficción y recordó que el ser humano ha buscado la fuente de la eterna juventud desde Ponce de León.
Ahora mismo, esa búsqueda está en manos de los más ricos de Silicon Valley que, aunque solo sea por una cuestión económica, sí que podrían lograr vivir más que el resto.
“La disparidad de la riqueza en los Estados Unidos creará una ‘clase de señores inmortales’”, dijo el expresidente de Facebook Sean Parker en un evento de innovación del cáncer.
“Porque soy billonario, voy a tener acceso a una mejor atención médica, así que… voy a poder llegar a tener 160 años y a ser parte de esta clase de señores inmortales”, agregó.
Quizá ser el hombre más rico del mundo te haga estar más apegado a la vida.
La realidad es que Jeff Bezos, CEO de Amazon, comenzó hace unos años a diversificar sus inversiones y desviarse de las tradicionales empresas tecnológicas para invertir en las biotecnológicas que quieren solucionar los grandes problemas de salud de la humanidad, aumentar la esperanza de vida e incluso burlar el envejecimiento.
De entre todas las startups, destaca el respaldo prestado a Unity, una startup que desarrolla fármacos que buscan erradicación de las células senescentes acumuladas, bajo la teoría es que estas terapias pueden cortar dichas células para desacelerar —o incluso revertir— la enfermedad asociada con la edad y restaurar el tejido.
La biotecnológica, que también recibió apoyo de Peter Thiel, se consolidó como la abanderada de las biotecnológicas anti envejecimiento y ha recibido recientemente un duro golpe en bolsa al comunicar que los primeros resultados en ensayos en humanos para su fármaco no dieron resultados positivos.
Ramis advirtió que este caso debería hacer ver que quizá algunas empresas del sector habían recibido una valoración excesivamente alta.
Peter Thiel comenzó a realizar numerosas inversiones en este tipo de negocios en 2010 vía Founders Fund.
La primera en recibir su apoyo —con una inversión de 500,000 dólares— fue Halcyon Molecular, una compañía biotecnológica que buscaba crear un mundo “libre de cáncer y del envejecimiento”.
La mayoría de inversiones en el sector las ha realizado a través de la organización sin ánimo de lucro Fundación Thiel.
A esta empresa también llegaron 10 millones de dólares (mdd) de otra cara conocida en Silicon Valley: Elon Musk.
Sin embargo, la gran apuesta del CEO de Tesla en este ámbito es su compañía Neuralink, a través de la cual quiere crear una interfaz cerebro-máquina mediante la que el ser humano se fusione con la tecnología.
Larry Ellison, cofundador de Oracle, también ha definido la muerte como algo “incomprensible” y ha donado más de 370 mdd a la investigación para combatir el envejecimiento.
Hace tres años se lanzó el Gran Reto de la Academia Nacional de Medicina en Longevidad Saludable, que otorgará al menos 25 mdd por los avances en este campo en un evento que fue recogido por The New Yorker.
Ese día, Joon Yun, un médico que dirige un fondo especializado salud, anunció que él y su esposa habían dado los primeros dos mdd para financiar el desafío.
“Tengo la idea de que el envejecimiento es plástico, que está codificado”, dijo. “Si algo está codificado, puedes descifrar el código”, aseguró.
En ese mismo evento, Sergey Brin, cofundador de Google, aseguró que morir no estaba en sus planes y señaló que la muerte iba a convertirse en algo opcional.
Brin se está intentando asegurar que sus palabras sean realidad y hoy Google es la tecnológica que tiene una batalla más desarrollada (y secreta) contra el envejecimiento.
En 2013, Google fundó Calico, una empresa de biología con el objetivo declarado de “resolver la muerte”.
Aunque los portavoces de la empresa siempre se han mostrado evasivos en torno a los proyectos que estaba realizando la compañía, un vistazo a la página web de la empresa demuestra que los investigadores están intentando alargar la vida de los animales en los que realizan pruebas.
“Si me preguntas hoy, ¿es posible vivir hasta los 500 años? La respuesta es sí”, aseguró en 2015 a Bloomberg Bill Maris, presidente en aquel momento de Google Ventures.
De hecho, uno de los primeros gurús de Silicon Valley en asegurar que vivir para siempre es posible fue Raymond Kurzweil, un ingeniero que sostiene que para 2045, la IA y la biotecnología habrán hecho a la humanidad efectivamente inmortal.
El cofundador de la Singularity University fue fichado por Google y es actualmente director de ingeniería del equipo de IA.
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