Con la pandemia también llegó la crisis económica: la gente perdió su empleo o se les redujo, y aún no recuperan sus ingresos previos. Las tendencias de consumo también cambiaron, pues en muchos lugares los horarios de venta están restringidos. Sin embargo, las emociones juegan un papel especial al momento de la intención de compra.
De hecho, este es el primer componente de las 10 tendencias que marcarán al consumidor en este año, de acuerdo con estudio de la agencia Llorente y Cuenca (LLYC).
Según Hugo Valdés, director de Consumer Engagement de LLYC México, las emociones serán estudiadas para predecir comportamientos de compra.
“El consumidor está viviendo en una constante amenaza de pérdida —de un familiar, empleo o capacidad económica— por eso empieza a cuestionarse mucho más si lo que va a comprar tiene el precio justo o no”, dijo.
Es decir, las emociones —gracias a esta pandemia— están ligadas a una mejor compra debido al sentimiento de “amenaza” constante.
Dada la crisis económica, la mayoría de las personas destinarán sus recursos de compra a productos esenciales.
Por ello, las aplicaciones de pedidos de productos de supermercados cambiaron la forma de consumir de tres de cada cuatro mexicanos, según Francisco Martínez, director general de Teamcore, un software para asegurar el flujo de inventario en tiendas al menudeo.
Incluso, ligado al punto uno, las compras se destinarán a menos productos pero de mayor calidad, explicó Valdés.
También, la pandemia evidenció la necesidad de hablar de salud mental más seguido y en todos los ámbitos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 1,000 millones de personas viven con un trastorno mental o de la conducta. Además, una persona se suicida cada 40 segundos. El poder de las marcas no debe ser indiferente a esta conversación.
Para las personas que aún permanecen en confinamiento, una tendencia en consumo será la elección de mejores entornos. Por ejemplo, esto involucra al sector inmobiliario y de construcción. Su reto estará en extender la arquitectura sostenible y ecológica.
De acuerdo con el estudio, el sector debe poner “de verdad en el centro el diseño del bienestar de las personas”. Además, el uso eficiente de la tecnología en un hogar inteligente será otro de los enfoques clave.
Algunas personas aseguran que no hay diferencia entre la vida personas y el trabajo porque todas las actividades ocurren en diferentes horarios de una sola vida.
Por ello, las personas requieren más flexibilidad y mejorar su definición de límites personales y laborales. En estas circunstancias, el consumidor es cada vez más exigente con la disponibilidad inmediata de su compra. Y la eficiencia del e-commerce tiene este reto constante que marca la tendencia a seguir comprando de esta manera.
La asequibilidad vuelve a ser esencial para fidelizar al cliente y mantener un vínculo más que necesario. Ahora más, porque valorar la relación es clave. Así, empresas de todo el mundo, principalmente de ventas al menudeo, ya lo entendieron, según el estudio de LLYC.
Estas trabajan para asentar su negocio sobre el pilar de la asequibilidad, para que más personas tengan acceso a algún producto de la marca, señala el estudio.
Más empresas tendrán que hacer un seguimiento de la transformación de ese comportamiento y adaptarse rápidamente al nuevo consumidor. Gracias a la pandemia, es más digital.
Aquí, es importante que los productos que buscan siempre estén disponibles, una las características que persigue Teamcore. A través de su plataforma se procesan 400 marcas con la promesa de 100% de visibilidad en el punto de venta.
Adaptación es la palabra clave pero se necesita creatividad para mantener las ventas en medios de las restricciones. La pandemia aceleró a pasos agigantados la digitalización.
Si las empresas quieren sobrevivir a los cambios económicos y sociales que trajo el Covid-19, necesitan impulsar la creatividad en sus procesos internos. Y considerar esa flexibilidad para mantenerse en las tendencias de consumo.
Como las actividades culturales y el entretenimiento en espacios cerrados es un sector muy golpeado por la pandemia, el estudio invita a la redefinición del espacio público. Esta será una de las tendencias de consumo populares para este año.
“El desafío es facilitar un rediseño de las ciudades que incluya actividades culturales, actividades al aire libre y deportes”, señala el documento.
Los impedimentos para salir de viaje, dentro y fuera del país, se pueden convertir en un problema económico. Algunas empresas de viajes se niegan a reembolsar los boletos de avión o de actividades planeadas para vacaciones.
Sin embargo, es una grave decisión que lastima la imagen de las empresas. Por ello, la tendencia marca que será más común la cultura de la cancelación. Entre más sencillo sea, los clientes estarán más satisfechos con los servicios y esto genera lealtad. Y en la era de las redes sociales no pasará desapercibido.
Finalmente, más que una cuestión de nacionalismo, por realizar compras locales, una forma de apoyo social que se dio en la pandemia fue el consumo de barrio. Esto permitió que los pequeños comercios pudieran sobrellevar el primer golpe de los cierres que ocasionó la pandemia.
“Consumiendo al pequeño restaurante, cafetería o librería que está cerca de nosotros (…) al apoyar a los productores locales podemos blindar de mejor forma nuestra economía”, dijo Valdés.
Además, al salir en distancias cortas y exponerse menos a grandes concentraciones de gente, las personas se sienten más seguras para comprar. Así concluye el estudio de tendencias de consumo para este año.
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