Mariana Castillo despierta a las 7:30 de la mañana, toma su celular y entra a Twitter para conocer lo más importante en las noticias. Hace un poco de ejercicio y, si es su turno, saca a pasear a su pug llamada Chata.
Así es como empieza el día de una de las socias fundadoras y Co-CEO de la empresa de venta de lentes Ben & Frank, que a seis años de su fundación continúa con su objetivo de reivindicar a los cuatro ojos y ahora espera expandirse a la región de Latinoamérica.
Castillo cuenta a Expertos en Línea que la búsqueda por generar un impacto en el país, la llevó a crear el emprendimiento. Pero no fue hasta que vivió en Chicago, donde hizo una maestría, que conoció una manera innovadora de comprar lentes.
Mariana y su esposo adquirieron lentes a un precio económico y con calidad a través del e-commerce, idea que decidieron tropicalizar a México para cambiar el chip a los tradicionales «cuatro ojos», como ella los llama.
«Estando en Chicago, compré unos lentes por internet. Me llegan muy bien y muchísimo más baratos que mis primeros lentes de una óptica de centro comercial en México», cuenta Mariana.
No solo fue el reto de cambiar la forma en que los clientes ven una óptica tradicional, también el de saltarse a los intermediarios de una industria fragmentada.
Con esto, Ben & Frank tuvo la oportunidad de conservar la calidad de sus productos y bajar los precios, al seleccionar sus propios intermediarios y hacer su propia distribución.
«Lo que vimos es que la industria es muy fragmentada y tiene varios intermediarios. Además tiene un gran jugador llamado Luxotica-Safilo que ha ganado licencias de las principales marcas del mundo y tiene un poder monopolico con lo que pueden vender caro», explicó Castillo.
Ahora con más de 100,000 modelos vendidos, Castillo y sus socios Eduardo Paulsen y María José Madero están listos para llegar a Latinoamérica y continuar con el modelo ominicanal que ha caracterizado a la compañía.
«Nosotros tenemos la meta de reivindicar a los cuatro ojos del mundo, esto no se detiene en México. El año pasado empezamos una expansión internacional a Chile y siempre buscamos tener ese mayor impacto», dijo Mariana.
El negocio de venta online de anteojos se completó con las 28 tiendas físicas en 10 ciudades del país, la primera de ellas inaugurada en 2016 en Polanco y la segunda en San Jerónimo, en Ciudad de México.
Aunque en la pandemia tuvieron retos, cómo el cierre de las tiendas físicas por el confinamiento y mayores ventas en línea. No dejaron de lado a su omnicanalidad, pero ahora la usan con una mayor accesibilidad a los locales.
«Operar casi 30 tiendas en 2020 fue complicado pero salimos muy fortalecidos. No importaba si compraban en tienda o en línea, siempre tuvimos la capacidad de atender; hicimos mucho esfuerzo en las tiendas en línea», dijo Mariana.
La empresaria también reconoce que los «grandes jugadores» de ópticas en el país no tienen una necesidad de inversión y que su modelo de negocios no se ajusta para tener varios canales de venta.
«Nos planteamos si seguíamos con la expansión de tiendas, dijimos ‘sí’ pero con la accesibilidad de los locales, en mejores calles», aseguró.
La emprendedora comenta que tanto de forma personal, como para la compañía, esto no es la cima y aún queda mucho por hacer para ayudar a las personas, y por supuesto, reivindicar a más cuatro ojos en LATAM y en más países. Y empezará por hacerlo en Chile.
Además, quiere que la gente los conozcan y que sean una referencia de la innovación en la compra de anteojos, justo como el personaje histórico que inspiró el nombre de la compañía y que creó los primeros lentes bifocales: Benjamín Franklin.
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