Luego de dedicarse por varios años al área de marketing de una empresa de tecnología especializada en sonido, Alma se encontró con que la reestructura en el organigrama de la compañía eliminó su puesto.
Tras tomar unas semanas para asimilar su nuevo estatus, Alma escuchó su voz interior —con la que está sumamente conectada desde niña— para comenzar a emprender. Al principio no estaba segura de a qué iba a dedicarse, pero comenzó con la primera idea que le presentó su voz interior o ángel, como también le llama.
“En enero de 2012 tuve una conversación con el universo pidiendo encontrar una oportunidad laboral de acuerdo con lo que sé hacer en mercadotecnia. El 12 de enero, mi voz interior me dice ‘empieza por cosas manuales’”, dijo Alma en entrevista con Expertos en Línea.
Entonces, ella interpretó que debía dedicarse a la creación de manualidades para regalo. Con esa idea, fue al Centro de la Ciudad de México para comprar los materiales.
En las clases para elaborar los adornos, Alma recibió la inspiración de crear dijes con forma de ángeles. Así comenzó a prepararse para el siguiente paso de su emprendimiento, las terapias con ángeles.
A través de las ventas del día a día de sus dijes de ángeles, Alma se conectó de nuevo con el mundo empresarial. Una joven le ofreció dar una plática sobre ángeles en su círculo de trabajo. Así comenzó a captar sus primeros clientes interesados en las terapias y dar forma a su servicio holístico con ángeles que se llama Medita Luz.
“Las personas creen que para emprender algo necesitan mucho dinero. No siempre es así, tienes que aceptar lo que en ese momento (se) te da”, dijo Alma.
Con nueve años de trabajo en la terapia con ángeles, Alma señala dos formas de saber que una sesión de este tipo es la adecuada. Primero, pide a sus pacientes que no le revelen ninguna información sobre ellos y las preguntas que tienen. De esta manera, garantiza que su mediación entre el paciente y su ángel no tenga su opinión.
En segundo lugar, que tomen en cuenta el precio. Si bien es una forma de trabajo, cuando las sesiones son demasiado costosas puede tratarse de una estafa. “Estoy en desacuerdo con que la gente vea que es un negocio para enriquecerse. Esto es una inversión en ustedes y esa inversión me ayuda a mí”, dijo.
Actualmente, su agenda de terapias particulares está llena, da cursos y continúa elaborando sus dijes. De esta travesía de emprendimiento, Alma compartió algunas lecciones que puede retomar cualquier emprendedor:
Alma incorporó poco a poco detalles de mercadotecnia a sus primeras creaciones. Primero, solo vendía los dijes, conforme se fue capitalizando añadió mensajes para cada angelito, su número telefónico y da a sus compradores un consejo personalizado.
Si bien ser emprendedor también significa ser tu propio jefe, se necesita trabajo duro para lograrlo. Cuando empezó su negocio, Alma vendía los dijes a pie por varias colonias del centro-sur de la Ciudad de México.
“Fue la primera vez que me acabé unos zapatos, en ese tiempo —era enero— me tocó frío, luego aire en febrero; después me tocaron los calores”, recordó Alma de sus inicios en su propio negocio.
“Pero estaba viendo resultados, fue una prueba muy interesante romper con la ideología de que si no trabajas para una empresa no puedes ser abundante. En ese momento no podía comparar lo que gané en una empresa trasnacional con lo que generaba, pero ya sumaba para mi renta”, dijo Alma.
Ahora, la terapeuta decide cuántas consultas dar por día, tomarse domingos y lunes para descansar y también cómo dar su servicio: desde casa a través de citas online.
También, explicó que llevar una organización del negocio y poner mucho empeño en tu emprendimiento es esencial para su éxito. La reinversión no solo consiste en dinero sino en tiempo. Solo si eres constante vas a ver resultados, destacó.
“Los primeros años hay que darle el doble o el triple de tu tiempo (a un emprendimiento). Empecé en 2012 y hasta finales de 2014 empecé a descansar en domingos”, dijo. La terapeuta indicó que en cuanto a la administración del dinero, parte de la ganancia debe destinarse a reinvertir en el negocio.
“Cuando las personas emprenden creen que el dinero que obtienen en las ventas del primer día con eso van a cubrir todos sus gastos. Pero necesitan apartar (el monto) para que el negocio fluya”, advirtió la terapeuta que participará en la cumbre virtual internacional ‘Al otro lado del Camino’ —que se lleva a cabo del 8 al 12 de julio.
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