Los avances en las interfaces cerebro-computadora, la robótica y la inteligencia artificial (IA) son especialmente útiles para las personas con parálisis parcial o general. Además, ayudan al desarrollo de exoesqueletos y prótesis mejoradas.
Con el último gran avance, un hombre con parálisis parcial logró comer un postre por sí mismo; el paciente, con movilidad reducida en la parte superior del cuerpo llevaba 30 años sin poder usar los dedos, explican desde MedicalXpress.
Esto se logró gracias a dos manos robóticas inteligentes que conectaron directamente a su cerebro.
En las imágenes —publicadas por Johns Hopkins— muestran a un hombre sentado en una mesa con un pedazo de pastel enfrente. Posteriormente, la voz de una computadora emite las órdenes en alto; entre ellas una voz anuncia acciones a dos extremidades robóticas como mover el tenedor o retraer el cuchillo.
El hombre realiza movimientos sutiles con sus puños en ciertas indicaciones; una de ellas: «seleccione la ubicación del corte», para que la máquina corte un trozo del tamaño de un bocado. Otro gesto sutil alinea el tenedor con la boca para comer el pastel. En aproximadamente 90 segundos su mente y la IA se alinearon para comer el postre.
Detrás del éxito de este experimento se encuentran las interfaces cerebro-computadora, como lo que hace Neuralink de Elon Musk. Funcionan por medio de una computadora que decodifica y traduce las señales neuronales; así, reproduce funciones como mover el cursor de un dispositivo o agarrar un objeto.
En este estudio, las señales de movimiento muscular del cerebro fueron las responsables de controlar las prótesis modulares. Con un aporte mental mínimo fue posible mover las extremidades robóticas. Para lograr este éxito, los científicos se basaron en más de 15 años de investigación en neurociencia, robótica y software.
La investigación estuvo a cargo de científicos del Laboratorio de Física Aplicada (APL) y el Departamento de Medicina Física y Rehabilitación (PMR) ambas de Johns Hopkins. Los resultados y procedimiento se publicaron en la revista Frontiers in Neurorobotics.
«Este enfoque de control compartido pretende aprovechar las capacidades intrínsecas de la interfaz cerebro-máquina y el sistema robótico; creando así un entorno donde el usuario puede personalizar el comportamiento de una prótesis inteligente», explica Francesco Tenore, gerente senior de proyectos en APL y autor principal del artículo.
La próxima iteración del sistema podría proporcionar estimulación sensorial a los amputados proveniente de su cerebro. Esto ya que investigaciones anteriores revelaron que con ello se les permitió no solo percibir su miembro fantasma, sino también usar señales de movimiento muscular del cerebro para controlar una prótesis.
Según la teoría sería posible que, añadir retroalimentación sensorial desde el cerebro lograría completar tareas sin requerir la retroalimentación visual constante como en el experimento actual.
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