De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las empresas familiares equivalen a 90% de las unidades de negocio en México. De hecho, son responsables de generar hasta 85% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, según el Tec de Monterrey.
Por ello, es indispensable impulsar su desarrollo y la capacitación de los operadores de estas unidades de negocio; la mayoría de las ellas son micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
“A este rol de creación de riqueza y contribución económica, que a menudo tiene dificultades para trascender públicamente, se suma una personalidad que las hace únicas. Su legado, cultura familiar y el amor por aquello que han creado sus antepasados, son valores extremadamente diferenciales”, consideró Mauricio Carrandi, director general de la consultora LLYC México.
Como especialista en el sector de las relaciones públicas y comunicación corporativa, Carrandi señaló en un comunicado que es indispensable el desarrollo de estrategias de comunicación para las empresas familiares.
A través de siete consejos de operación, Carrandi y su equipo buscan motivar la adaptación de las empresas familiares al entorno de negocios actual. Estos aspectos están encaminados a fortalecer la longevidad en el sector.
Por ello, LLYC, en su informe titulado “Empresa familiar: De la credibilidad a la relevancia”, propone estas recomendaciones:
La comunicación de las empresas familiares debe ir más allá de la oferta comercial y tener más presencia, mediante su propósito, en la agenda de su entorno de negocio.
Este tipo de empresas deben preguntarse qué buscan los nuevos consumidores, qué valores defienden y qué reclaman de las organizaciones de su entorno. Esta información les permitirá:
Estar en constante contacto con sus consumidores permite a las empresas familiares estructurar un “escudo reputacional”; este puede funcionar como un “cortafuegos” en casos de posibles riesgos y problemas.
Los negocios familiares también deben acercarse a los medios para construir relaciones. Además, deben conocer y tratar a actores locales que pueden funcionan como aliados en contextos de crisis.
Una forma de atraer y retener al talento es fomentar el sentido de pertenencia entre los profesionales actuales; vencer la resistencia al cambio y mejorar el clima y el compromiso de los equipos.
Esto funciona en especial para las generaciones más jóvenes, a través de iniciativas que puedan alinearse con sus objetivos.
Así, las empresas familiares pueden detectar los posibles eventos que supongan un riesgo o una oportunidad para su marca; así como identificar los canales de comunicación más eficaces.
“Las empresas familiares tarde o temprano tienen que dar el salto a la institucionalización para crecer. Es por eso, que resulta indispensable para ellas poner en marcha un plan de protección reputacional y estrategias de posicionamiento comunicacional a corto, mediano y largo plazo”, agregó Mauricio Carrandi.
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