Aunque sabemos que la mayoría de nuestro cuerpo está formado por agua y es indispensable para los procesos metabólicos, en pleno siglo XXI aún enfrentamos problemas de abasto y pureza de este compuesto.
En este sentido, para Fundación FEMSA el cuidado del agua es una de sus verticales de trabajo para lograr la sostenibilidad de las comunidades del país. Por ello, acudió al llamado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para compartir su trabajo en el cuidado de la calidad del agua.
Durante la Semana Mundial del Agua —que se celebró del 23 de agosto al 1 de septiembre en Estocolmo, Suecia—, Lorena Guillé-Laris, directora de Fundación FEMSA, destacó las soluciones de la naturaleza para la preservación de la calidad del líquido.
“Tanto Fundación FEMSA como el BID coorganizamos el espacio de las Américas, para amplificar la voz de la región en lo que se está haciendo y los retos que compartimos. Partimos de la premisa que la naturaleza tiene un valor fundamental para los temas de desarrollo social y los retos que enfrentamos”, destacó la directora.
De hecho, Guillé-Laris señaló los retos y oportunidades de la gestión y conservación del agua. Si bien en México tenemos un fenómeno de sequía en el norte del país, el resto del mundo tampoco lo está pasando bien.
“Solo en África Oriental, más de 50 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria aguda, principalmente debido a la sequía. En muchos países europeos y en casi la mitad de Estados Unidos también se está registrando este fenómeno”, señaló la ONU.
Pese a que el agua es un recurso renovable, la industrialización, la contaminación y el calentamiento global dificultan la calidad del compuesto.
Como parte de su trabajo al frente de Fundación FEMSA, Guillé-Laris identifica cuatro oportunidades para permitir un futuro con agua de calidad:
Respecto a la amenaza de un futuro sin agua de calidad, la directora dijo a Expertos en Línea que el trabajo de diferentes organizaciones es una apuesta a muy largo plazo.
“El mayor riesgo es que mis nietos no quieran tener hijos porque no va a haber agua para todos. Los escenarios de los que estamos hablando no están tan lejos; no es algo que va a pasar en 300 años, es algo que va a pasar en 30 o 40 años”, advirtió.
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