Después de que el gremio de actores se haya unido a la huelga de guionistas en Hollywood, este miércoles ha sido The Authors Guild el que ha alzado la voz. Este es un sindicato de escritores con más de 100 años de historia que integra a más de 8,000 miembros en Estados Unidos (EU).
Sus motivos no son muy distintos de los esgrimidos en las últimas semanas por guionistas y actores, que temen, que la industria del entretenimiento trate pronto de sustituirlos por máquinas.
En el caso de los escritores, sin embargo, los primeros intentos de generadores automáticos de texto de ChatGPT, que acumula desde hace meses la autoría de cientos libros, no parecen por ahora nada del otro mundo, tal y como ha podido saber Business Insider España.
Esto no impide que en el gremio haya quien teme que esto cambie pronto.
Los escritores han empezado por el principio: pedir a la IA que deje de copiar sus obras o, al menos, que pague por ello.
Lo han hecho en una carta conjunta firmada por autores de renombre como la superventas de novelas románticas Norah Roberts, Dan Brown, autor de El código Da Vinci o Margaret Atwood, autora de la aclamada El cuento de la criada. Esta ha sido remitida este miércoles a través de la web del sindicato a quienes piensan que son los principales impulsores de la IA.
Se trata de una nómina de hombres consagrados a la tecnología compuesta por Sam Altman, consejero delegado de OpenAI; Sundar Pichai, consejero delegado de Alphabet (matriz de Google); Mark Zuckerberg, consejero delegado de Meta (matriz de Facebook, entre otras redes sociales); Emad Mostaque, consejero delegado de Stability AI; Arvind Krishna, consejero delegado de IBM y Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft.
«Nosotros, los abajo firmantes, llamamos su atención sobre la injusticia inherente a la explotación de nuestras obras como parte de sus sistemas de IA sin nuestro consentimiento, crédito o compensación», comienza la misiva.
«Las tecnologías de IA generativa basadas en grandes modelos lingüísticos deben su existencia a nuestros escritos. Estas tecnologías imitan y regurgitan nuestro lenguaje, historias, estilo e ideas. Millones de libros, artículos, ensayos y poesías protegidos por derechos de autor proporcionan el alimento a los sistemas de IA, comidas interminables por las que no se ha pasado factura», añaden.
Así, como poco, el primer reclamo de los autores es recibir al menos una compensación por estar ejerciendo de profesores sin ellos quererlo al servir a la IA para mejorar su estilo. Pero no acaban ahí sus peticiones.
«Como resultado de la incrustación de nuestros escritos en sus sistemas, la IA generativa amenaza con dañar nuestra profesión inundando el mercado de libros, relatos y periodismo mediocres, escritos por máquinas y basados en nuestro trabajo», argumentan los autores.
La situación viene a empeorar una situación precaria. «En la última década aproximadamente, los autores han experimentado un descenso del 40% en sus ingresos, y el ingreso medio actual para los escritores a tiempo completo en 2022 era de sólo 23.000 dólares».
La introducción de la IA, argumenta finalmente el sindicato, amenaza con hacer todavía más difícil el aterrizaje en el mercado de escritores jóvenes, especialmente de aquellos que forman parte de minorías actualmente infrarrepresentadas.
Así, los autores piden fundamentalmente 3 cosas:
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