Hasta hace pocos años si los autores querían publicar libros tenía dos opciones: recurrir a las grandes editoriales, esperando que aceptaran su obra y le dieran difusión; o invertir sus ahorros en autopublicarse, al imprimir sus ejemplares y distribuirlos por su cuenta.
Ahora, a través de herramientas como Kindle Direct Publishing (KDP), propiedad de Amazon, cualquier escritor que quiera acceder a este mundo puede hacerlo de forma sencilla, rápida y teniendo control total sobre su obra; además de mayores ingresos por cada ejemplar vendido. La tecnología —como en otros muchos sectores— ha hecho saltar por los aires este escenario, democratizando el acceso y las oportunidades.
KDP apareció en 2007 en Estados Unidos. Actualmente, está disponible en 14 marketplaces diferentes y en más de 190 países. Según explica Bárbara Solana, responsable de contenidos de Kindle para España e Italia, en una entrevista con Business Insider España, en Amazon tuvieron clara su apuesta por la autopublicación «antes de que se convirtiera en el fenómeno que es hoy» porque creían que «ningún libro debería quedarse en un cajón».
Los números avalan esta decisión. Según datos de la propia plataforma, en el último trimestre de 2020 se publicaron el doble de libros con KDP que el año anterior.
Los pasos para acceder a este servicio comienzan teniendo un manuscrito finalizado. Luego, el autor tiene que crear una cuenta en KDP o utilizar la que ya tenga en Amazon. Una vez configurada puede cargar su escrito y elegir todas las variables; desde la portada hasta el precio.
«En tan sólo cinco minutos estará hecha la gestión y, en un solo día, aparecerá en la tienda Kindle en todo el mundo. Todo esto de forma gratuita», resume Solana.
Además, ahora Amazon ofrece la opción de publicar la obra en papel a través del servicio de impresión bajo demanda. Eso sí, la directiva recuerda que todo el peso recae sobre el escritor, que debe encargarse de:
También, Solana explica que la autopublicación es una solución cada vez más potente para aquellas personas que quieren hacer pública su obra. Esto sin depender de una editorial. Entre sus ventajas se cuentan: el control total de la obra, la edición en cualquier momento, la posibilidad de llegar a un público muy amplio, que todo es gratuito y que se recibe hasta un 70% de los ingresos generados con la venta.
Además, Kindle incluso ofrece la posibilidad durante el día del libro de hacerse con ejemplares firmados digitalmente por más de 100 autores nacionales e internacionales en su web. Los libros incluirán dedicatorias y una rosa digital.
Los autores que recurren a ellos tienen perfiles muy diversos, según apunta; entre los que se encuentran los nóveles que deciden probar suerte y otros que ya llevan tiempo escribiendo.
«Elisabeth Benavent, Javier Castillo o Juan Gómez-Jurado empezaron publicando en KDP y, gracias a la calidad de sus obras, han llegado a convertirse en referentes dentro del panorama literario en lengua española», ejemplifica.
Al final, los propios autores son los que mejor pueden explicar cuáles son las razones por las que se decidieron por esta plataforma. Business Insider España contactó con algunos de ellos para que desvelen su experiencia. Esto es lo que han contado:
Por ejemplo, Lorena Franco es autora de 19 títulos. De ellos, 15 han sido publicados a través de KDP y cuatro mediante una editorial. Uno de ellos es «El último verano de Silvia Blanch» (Planeta). La escritora llegó a la plataforma de Amazon en 2015, pero admite que habría sido antes de haberlo conocido.
Además, Franco explica que, actualmente, se sigue pensando que los autopublicados son autores rechazados por editoriales; pero cree que esto no es aplicable en todos los casos. De hecho, ella cuenta que no llegó a probar el método tradicional de primeras sino que se lanzó a publicar con Amazon. A raíz de su éxito en la plataforma, le surgieron oportunidades en editoriales.
En el lado contrario se encuentra Marc Reklau, autor de 38 libros en varios idiomas, entre ellos algunos como «30 días: cambia de hábitos, cambia de vida» o «Quiérete ¡y mucho!«. De ellos, 36 llegaron al mercado a través del servicio de autopublicación de Amazon; mientras que dos se publicaron a través de editoriales tradicionales.
El escritor explica que llegó hasta este sistema tras ser rechazado por los agentes literarios españoles y las editoriales. «Escuché varias historias de éxito de autores autopublicados y decidí probar», cuenta a Business Insider España.
Una mezcla de ambas historias es la de Fernando Gamboa. Es autor de nueve libros en español (pronto serán 10, según adelanta) como «Redención» o «La última cripta«. Tiene varias traducciones al inglés, francés, alemán o italiano.
Este escritor cuenta que decidió convertirse hace años en profesional a través de KDP; luego de publicar en editoriales a hacerlo de forma independiente. De hecho, afirma que volvió a comprar los derechos en papel a las editoriales para tener el control total de su obra.
Ana Ballabriga tuvo un proceso similar, ya que, junto a David Zaplana, publicó cinco novelas como «Tras el sol de Cartagena,» que fue reeditada por Amazon Publishing tras recuperar los derechos que tenía una editorial. Sus razones para elegir este modelo fue porque quiso acortar los plazos de edición y tener total libertad para actualizar el libro con nueva información y en cualquier momento.
También, la impaciencia motivó la entrada de Abril Camino, autora de libros como «La petición de Olivia», en el mundo de la autopublicación. «Acababa de terminar mi primera novela y me moría por verla publicada», explica; algo que actualmente agradece porque la llevó por «el camino ideal».
El desembarco de Ángela Covas, autora de libros como «La buena ruptura», en este mundo comenzó tras participar en el universo de las editoriales tradicionales. La escritora adquirió los derechos de uno de sus libros, «Alegría», y lo ofreció a través de Amazon. Mientras que en el caso de su libro «Distinto», comenzó como un proyecto editorial. Tras un malentendido, acabó publicándose a través de esta plataforma digital.
Por último, Ana Nieto, autora de «Triunfa con tu libro», comenzó en una editorial tradicional. Pero se pasó a la autopublicación cuando vio el potencial que tenía este método; y la facilidad de llegar al lector sin intermediarios. Ahora, la autora ayuda a otros escritores que quieren embarcarse en este mundo y no saben cómo hacerlo.
Franco explica que ella comenzó a utilizar esta fórmula en 2015, cuando la conoció, «si no, la hubiese aprovechado mucho antes». Desde entonces, ve un progreso muy positiva, con un mayor interés hacia este mundo. Esto gracias en parte a reconocimientos como el Premio Literario de Amazon, que permite a los autores darse a conocer y ganar visibilidad.
Reklau cree que este servicio ha conseguido democratizar el acceso a la publicación de libros; algo que hasta ahora solo estaba permitido a unos pocos. «Ahora el lector decide si tu libro es bueno o no, no un ejecutivo de marketing», explica.
Además, evolucionó la concepción de este sistema en los últimos años. Hasta hace poco, estaba mal visto ser un autor que se autopublicaba, según cuenta el escritor. «Ahora cada vez hay mayor oferta y mayor interés».
«Una editora de una editorial bastante importante en Barcelona me dijo: ‘tus libros no pueden ser muy buenos si tienes que autopublicar’. Cuando le pregunté si tenía algún autor que hubiese vendido 10,000 libros en un año, no me respondió», relata.
Gamboa explica que, hasta la aparición de KDP, un autor solo tenía dos caminos: plegarse a las exigencias de las editoriales o imprimir sus propios libros. Sin embargo, actualmente un autor independiente puede vender «cientos de miles o incluso millones de libros en todo el mundo, sin la necesidad de vender los derechos de sus obras a una editorial».
No obstante, Camino advierte que la autopublicación de libros implica que mucha gente se lance a ello sin formación. Aún así, cree que «tiene más ventajas que inconvenientes».
En este sentido, Covas señala que antes era mucho más fácil alcanzar una buena posición en KDP. Ahora hay una mayor competencia y es necesario preocuparse por otros aspectos como la inversión en publicidad.
A Lorena Franco lo que la atrajo del sistema de la autopublicación es la oportunidad de llegar a todo el mundo; tanto en formato digital como en papel. Además, destaca la libertad a la hora de publicar y la transparencia de la plataforma, con datos al momento como los títulos o páginas leídas.
La gran diferencia entre el método tradicional y la autopublicación, en su opinión, es que en el primer caso el autor cuenta con un gran equipo detrás de él; mientras que el segundo es un trabajo más solitario.
Además, la autora explica que esta forma de acceder al mercado literario es una gran oportunidad. Pero hay que saber aprovecharla moviendo el libro a través de las redes sociales y de KDP.
En la misma línea, Reklau confirma que una de las principales ventajas de este método es la rapidez de acceso al mercado; ya que se tarda alrededor de 24 horas en pasar del manuscrito terminado al libro publicado. «Mientras, una editorial tradicional puede tardar hasta un año y medio».
El autor señala que tiene el control total de sus obras y no depende del éxito inmediato como en las editoriales. Ahí, los libros se retiran de las estanterías si no se venden en las tres primeras semanas. «Tengo libros autopublicados en Amazon que no se vendían durante años y ahora se están vendiendo como churros», apunta.
Reklau añade que las ganancias son otra de las razones principales que superponen este método al tradicional. «Las estadísticas indicando que el autor promedio gana 9,000 o 10,000 euros al año; yo conozco autores autopublicados que ganan estas cantidades al mes o incluso a la semana», reconoce.
Relacionado con lo anterior, el escritor señala que otra de las cosas a tener en cuenta es que Amazon paga puntualmente; por lo que tiene control de sus números en tiempo real. Mientras que las editoriales tradicionales te dicen una vez por año lo que vendes y pocas pagan de forma regular.
Por el contrario, el peor punto de ser un autor autopublicado, según Reklau, es la cantidad de trabajo que supone. «Eres tu propia editorial y en la mayoría de los casos tu éxito pasa desapercibido; los grandes periódicos nunca recomiendan tu libro». No obstante, señala que, si ganas de 10,000 a 20,000 euros al mes, «probablemente esto te importe poco».
Por su parte, Gamboa cree que la principal ventaja de la autopublicación es el control total sobre la obra. Esto beneficia a los lectores, ya que puede ofrecerles promociones, adaptándose a sus necesidades. Según el escritor, una editorial solo busca obtener beneficio con la menor inversión; mientras que un autor independiente se preocupa de hacer feliz a sus lectores y ganarse la vida en ese proceso.
«Lo mejor de autopublicarse es que no pones tu futuro como autor en manos de un tercero, que puede hacerlo bien o puede que no», afirma. «Da escalofríos, solo pensar en las grandes novelas que nos hemos perdido porque no tuvieron la suerte de caer en las manos adecuadas».
El autor señala que esto no ocurre con KDP; ya que son los millones de lectores los que juzgan si una obra les gusta o no, en vez del directivo, el jefe de marketing o el encargado de la distribución.
Además, explica que gracias a esta fórmula sus libros se venden en todas partes y alcanzan una distribución a nivel mundial «con la que ninguna editorial del mundo puede competir». De hecho, señala que sus ventas como autor independiente son «infinitamente mayores» de las que tuvo en su momento como autor de editorial.
La opinión de Ballabriga coincide plenamente con la de sus compañeros de profesión. No obstante, también insiste en que no hay que olvidar que «esto no es gratis»; ya que se debe contar con un equipo que supone un costo, frente a una editorial donde ya está incluido en el precio.
También, Camino destaca la libertad y el control como sus las dos ventajas principales que le permite la autopublicación. «Para bien o para mal, aquí mis errores y mis aciertos son míos; y yo tomo todas las decisiones importantes», apunta.
Otro de los puntos que destaca la escritora son los ingresos. Según explica, es mucho más fácil llegar a vivir de la escritura a través de este sistema que mediante la vía tradicional.
Por el contrario, cree que lo peor es que hay un público que no acaba de confiar en los autores autopublicados; pero sí lo hacen con los libros vendidos por una editorial.
Para Covas la principal desventaja del canal tradicional es que no tienes datos relativos a lo que vendes más que una vez al año; a lo que se suma que tienes menos ingresos que en el caso de métodos como KDP. «Si en KDP ganas un 70%, en el canal tradicional ganas entre un 7% y un 10%; es decir, que para ganar el mismo importe en un lugar tengo que vender 100 libros y en el otro 14», ejemplifica.
En cambio, la autora dice que lo mejor del canal tradicional es que hay distribución en librerías; algo que echa de menos en el caso de Amazon.
Franco cree que ambas vías se pueden compaginar perfectamente. Cada día hay más autores híbridos que se decantan por una mezcla de ambas fórmulas, si la editorial tradicional lo permite. Según la productividad del autor, mezclar métodos puede compensarle; ya que en una editorial lo normal es publicar uno al año. Mientras que en Amazon no hay límites, dice la autora.
También, Reklau coincide en que ambas vías se pueden complementar. Pero explica que las regalías que se ganan con el método de autopublicación (70%) son demasiado altos como para que alguien quiera cambiar a los repartidos por las editoriales (7% u 8%).
Gamboa recomienda publicar de forma exclusiva como autor independiente. «No solo es más divertido, también es más rentable», confirma. Por su parte, Ballabriga admite que muchas de estas empresas no están dispuestas a que sus autores compaginen las dos alternativas.
En la misma línea apunta Camino, que cree que lo habitual es que si una editorial hace una apuesta firme por un autor lo quiera en exclusiva. «Ahí ya es donde cada autor debe plantearse qué le compensa más», apunta.
Así, Nieto apunta que la posibilidad de compaginar solo será accesible a aquellos autores que vendan mucho.
Al cuestionarles si este fenómeno terminará por ‘tragarse’ a las editoriales tradicionales, los autores lo niegan. Creen que hay espacio suficiente para ambas.
Según Gamboa, la revolución digital es imparable «y oponerse a ella es una pérdida de tiempo y esfuerzo». El escritor afirma que se deben buscar fórmulas para que la edición tradicional y las librerías salgan adelante; adaptarse a nuevas maneras de hacer las cosas y encontrar su espacio en un mundo que evoluciona a gran velocidad.
Tampoco Reklau cree que las editoriales tradicionales terminen desapareciendo. Muchas se han apuntado a este fenómeno y ofrecen métodos de autopublicación a través de sus canales. Sin embargo, advierte que otras están pidiendo dinero a los autores por publicar sus libros, algo de lo que hay que huir.
También, el escritor observa que surgen otro tipo de editoriales —impulsadas por los propios autores— que ayudan a otros escritores con un modelo más justo del reparto de ganancias; por ejemplo de 50%-50% de los beneficios.
Por su parte, Franco apuesta por un futuro en el que los dos métodos vivirán complementándose, un escenario «que está muy cerca, por no decir que lo estamos viviendo ya».
La opinión de Ballabriga es que ambos sistemas convivirán «y es necesario que sea así». Según la autora, las editoriales son empresas bastante conservadoras y la autopublicación supone un soplo de aire fresco al panorama literario.
Covas afirma que «siempre habrá un canal tradicional» por la parte romántica que supone acudir a librerías, presentaciones y poder tocar los libros. Sin embargo, cree que pasará a ser una especie de «tienda gourmet» solo para «algunos escogidos y títulos fáciles».
Nieto explica que la pandemia contribuye al incremento de las compras online. Esto se ve reflejado en el mercado de libros y, a su vez, en el aumento de las ventas en este tipo de canales. Aún así, cree que el canal tradicional no terminará desapareciendo, «siempre algo quedará».
Por último, la responsable de contenidos de Kindle para España e Italia cree que lo que está pasando es una convivencia entre cauces de publicación. Hay autores que pasan de las editoriales a la autopublicación; mientras que otros comienzan a través de este método y luego lo compaginan.
Solana no es partidaria de especular sobre el futuro porque explica que, cuando se lanzó KDP hace más de 10 años, no se imaginaban que se convertiría en lo que es hoy. «Lo cierto es que el sector editorial va evolucionando paralelamente a la tecnología y los hábitos de consumo», explica.
«Hablar de tradicional ya no tiene tanto sentido, porque las líneas entre métodos y formatos de publicación se van difuminando», resume.
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