El avión británico-francés Concorde, uno de los 2 únicos aviones supersónicos que han operado comercialmente, voló de 1969 a 2003. Eso sí, el precio no era nada asequible (unos 395,029 pesos actuales) y el vuelo era muy contaminante.
Ahora, un grupo de startups trabaja en proyectos supersónicos e hipersónicos, como la empresa Boom Supersonic, que el pasado octubre fue la primera en lanzar un avión de demostración en condiciones reales, el XB1, según informa CNN.
En una entrevista para CNN, el fundador y director general de la compañía, Blake Scholl, habla de Overture, el avión comercial de Mach 2.2 que quiere poner en el aire en 2026 y que podrá transportar a entre 65 y 88 pasajeros.
«O fracasamos o cambiamos el mundo», afirma Scholl. «Creemos que es muy importante romper la barrera del tiempo, más que la del sonido».
Un viaje de Nueva York a Londres duraría sólo 3 horas y 15 minutos, mientras que el de Los Ángeles a Sydney se reduciría a 8 horas y media.
Boom Supersonic planea hacer volar el prototipo de avión XB1 a escala 1:3 «hacia finales de año», iniciar la construcción de una nueva fábrica en EU en 2022 y empezar a construir el primer avión Overture en 2023.
Este proceso comienza con un claro objetivo a largo plazo: que las aerolíneas puedan establecer tarifas a un precio similar al de la clase business para que el vuelo sea una viaje real a cualquier parte del mundo en 4 horas por 100 dólares y no una experiencia única en la vida.
Como publica CNN, Boom Supersonic planea llegar allí diseñando un nuevo avión de huella de carbono cero desde el principio.
La pandemia aceleró este proceso, ya que las aerolíneas han tenido que reducir sus flotas o jubilar anticipadamente a aviones como el Boeing 777 y el Airbus A380.
La oportunidad de construir una flota de nueva generación facilita la adopción de los aviones supersónicos, según considera Scholl.
«La tecnología de los aviones ha pasado del aluminio a la fibra de carbono, del papel de dibujo y las reglas de cálculo y los túneles de viento a poder optimizar los aviones por simulación informática. Hemos cambiado por completo la forma de construir los motores de los aviones, así que ahora son más silenciosos y consumen menos», asegura Scholl.
Gracias a ello, el coste de estos vuelos es mucho menor y permite construir con apoyo de combustibles alternativos.
«Lo que se hace básicamente es succionar el carbono de la atmósfera, licuarlo en el combustible de los aviones y ponerlo en el avión«, explica Scholl.
«Así, cuando sale por la parte trasera del avión. Sólo estás moviendo el carbono en un círculo», agregó.
Para conseguir este objetivo, se necesitan avances en la investigación de materiales, según el profesor Sean O’Keefe, experto en la industria de la aviación de la Universidad de Siracusa, preguntado por CNN.
Aunque es factible, O’Keefe calcula que «va a requerir 2 o 3 generaciones de tecnología, desarrollo y avances, lo que equivale a unos 20 años».
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