El CEO de Pfizer, Albert Bourla, vendió el 60% de sus acciones de la compañía el mismo día que anunció los resultados de los ensayos de la vacuna contra el Covid-19.
La noticia provocó que la compañía tuviera un incremento del casi 15% en la bolsa en solo un día.
Bourla vendió un total de 132,508 acciones a un precio de 42.62 dólares, lo que equivale a un total de 5.70 millones de dólares, de acuerdo con los registros de la autoridad bursátil estadounidense.
El valor máximo al que han cotizado las acciones en los últimos 12 meses está en 42.06 dólares, muy cerca del valor al que liquidó el CEO la mayor parte de su cartera de acciones.
Esta venta se llevó a cabo mediante una regla rutinaria 10b5-1, un plan comercial que permite al personal de la empresa vender sus acciones de acuerdo con las leyes de información privilegiada.
La compañía confirmó que la venta de estas acciones forma parte de un plan; este permite a los accionistas de las empresas cotizadas comercializar un número predeterminado de acciones en un momento específico.
No obstante, Bourla conservó otras 81,812 acciones de Pfizer.
«A través de nuestro administrador del plan de acciones, Bourla autorizó la venta de estas acciones el 19 de agosto de 2020, siempre y cuando las acciones estuvieran como mínimo a un determinado precio», señala un portavoz de Pfizer a Business Insider.
El lunes, Pfizer y su socio BioNTech anunciaron que su vacuna contra el Covid-19 tiene 90% de efectividad.
Es el primer candidato en comunicar resultados positivos de la última fase del ensayo clínico.
Por otro lado, Pfizer trabaja en una vacuna en polvo para resolver su gran limitación actual, el almacenamiento en temperaturas extremadamente bajas, lo que complica mucho su transporte.
Además, son 2 dosis administradas con 3 semanas de diferencia, no se distribuirá inmediatamente, ya que aún debe evaluarse y aprobarse por las autoridades.
AHORA LEE: BMW entra al mundo del diseño y crea estas diminutas casas de lujo para vivir en la ciudad: así son por dentro
TAMBIÉN LEE: Una vacuna contra el coronavirus no acabará con el home office, que «llegó para quedarse», según la presidenta de IBM