El CEO de la plataforma de videollamadas Zoom, Eric Yuan, participó este martes en el evento de emprendimiento South Summit. En una intervención, conectado desde su propia herramienta, ha desvelado cuáles son sus planes para la compañía de aquí a 10 años.
Su firma ha crecido un 355% según sus últimos resultados públicos, que corresponden al segundo trimestre del año.
«Seremos una compañía que suministre innovación», ha afirmado Yuan. En ese sentido, el máximo responsable de la compañía quiere introducir cambios disruptivos en la experiencia de las videollamadas, como ha explicado.
La posibilidad de oler en remoto, a través de la pantalla, es uno de esos cambios. Si estás hablando con una persona mientras esta bebe café, podrás respirar ese aroma, ha puesto como ejemplo de las novedades que llegarán en el futuro a Zoom.
Asimismo, otra de sus propuestas es que la inteligencia artificial transcriba las conversaciones en diferentes idiomas y en directo, de modo que se pueda hablar con cualquier persona a nivel global, independientemente de cada nacionalidad.
La posibilidad de llamar desde todos los dispositivos y con «un solo clic» es otra de las mejoras que pretende introducir: «Conectar con cualquiera en el mundo y sentir que estáis en la misma cafetería. Sin diferencias», ha señalado. Es decir, Yuan pretende avanzar hacia una experiencia más fluida, que se asemeje lo máximo posible a un encuentro real, eliminando las barreras técnicas.
«No estamos todavía ahí, pero el futuro es prometedor», ha destacado. «Vamos a tener que seguir trabajando todo lo duro que podamos y seguir innovando». Precisamente, la innovación será la parte central del negocio dentro de una década.
Además de desvelar la estrategia a largo plazo de la compañía, Yuan comentó cómo ha logrado sus metas. El esfuerzo y la actitud son 2 de las claves: «Sé paciente, trabaja duro todos los días. Levantar una empresa es un viaje largo, así que ten paciencia y sé humilde».
Asimismo, Yuan dijo que otra de sus prioridades es meditar todos los días: «Mi rutina es muy simple. Al finalizar el día, tengo 15 minutos libres en mi calendario en los que no reviso el correo, ni el móvil, ni tampoco atiendo llamadas de Zoom. Me dedico a pensar y a meditar».
En ese rato, se hace preguntas como qué es lo que debe mejorar, qué puede hacer de forma diferente y si hay algo que se le escape. «Soy crítico conmigo mismo», concluye.
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