La marca de bebidas alcohólicas Four Loko comenzó a tener popularidad entre los jóvenes mexicanos cuando se mencionó su grado de alcohol, de 12%. Sus efectos llamaron la atención hasta de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. Y del revuelo que causó esta bebida, el empresario que comenzó su distribución en México extrajo varias lecciones.
A ocho años de la llegada de esta bebida a México, su distribuidor en el país, Roberto Lee, ha enfrentado la polémica que suscitó en el mercado por su contenido alcohólico. Pero, al mismo tiempo, aprendió que competir contra grandes marcas consolidadas tiene sus recompensas.
En promedio, las cervezas más comunes en México tienen 5% de alcohol. Es decir, una sola lata de Four Loko tiene el contenido alcohólico de casi tres cervezas. Como cualquier otra bebida alcohólica, el consumo excesivo es el problema.
Esto puso a la bebida bajo la inspección de legisladores, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
A Lee se le ocurrió la idea de traer Four Loko a México porque durante una fiesta en Monterrey —organizada por una cervecería— vio que los jóvenes no tomaban cerveza. Entre sus razones estaba el precio y el sabor. Lee acababa de perder su trabajo y se le ocurrió que podía traer ese producto de Estados Unidos y venderlo aquí.
Así comenzó su plan de volverse empresario, como distribuidor en México de esta bebida. Entonces, buscó a Phusion Projects —creadora de Four Loko— para adquirir directamente el producto.
“Ellos me dijeron ‘no estamos interesados en desarrollar (el mercado en) México, pero si quieres te vendemos producto como si fueras distribuidor nacional’. Y así comencé comprando un tráiler de Four Loko, que son 2,000 cajas”, dijo en entrevista para Expertos en Línea.
En 2013, la marca apenas empezaba a darse a conocer, pero cuando se popularizó entre los consumidores jóvenes también vino la presión por saber de qué estaba hecha y si cumplía con las normas para este tipo de productos.
“Entonces sí hubo una campaña fuerte contra nosotros en 2019; pero como lo hacemos en cualquier otro país, con total apego a la autoridad, demostramos que tenemos todos los estándares de calidad necesarios”, recuerda Lee.
Agrega que atajar el problema permitiendo auditorías periódicas de la autoridad, como Cofepris, permite que mantengan sus operaciones.
Gracias a su conocimiento de los productos que hay en Estados Unidos, Lee dice que puede adelantarse a lo que será tendencia en los próximos años en los mercados de Latinoamérica.
“El mercado nacional empieza a demandar productos internacionales o globales. La importación es algo que nadie voltea a ver y es así como comienzo mi negocio”, dijo Lee como una oportunidad para otros empresarios que busquen emprender.
Las redes sociales no están hechas específicamente para vender. Si bien es un puente para acercar a las marcas con los consumidores, su objetivo es crear comunidad. Y esto lo ha aplicado Lee a la bebida que distribuye.
“Comencé a ser influencer de mi marca y a compartir lo que estábamos haciendo: en donde andábamos vendiendo y cómo estábamos colocando el producto. Empezamos a crear una comunidad de consumidores que no solamente les gusta el producto sino que querían ser parte de la empresa de la marca”, recuerda.
Lo que comenzó con una persona y un trailer de estas bebidas hoy le da empleo a casi 60 personas de manera directa; tiene presencia en los principales supermercados y tiendas de conveniencia e implica una empresa que realiza inversiones para llevar la bebida a nuevos mercados.
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