La tecnología es uno de los sectores en donde hay más crecimiento laboral y mayor emprendimiento; sin embargo, para las mujeres latinoamericanas es un ámbito al que no ha sido sencillo acceder. Sin embargo, eso es algo que poco a poco está cambiando.
De acuerdo con Vincent Speranza, director de Endeavor México, hay pocas mujeres emprendiendo en la industria de la tecnología, pero cada vez hay más.
“El punto de partida es bajo, pero este número va en aumento”, dijo a Expertos en Línea.
Speranza, dijo que las mujeres emprendedoras en este sector efectivamente encuentran diversas barreras al emprender. Según el estudio, “La brecha de género en el emprendimiento tecnológico en Ciudad de México, Bogotá y Buenos Aires: una tarea pendiente del ecosistema”, elaborado por Endeavor, son menos los emprendimientos fundadas por mujeres o con una mujer entre sus fundadores los que obtienen capital.
Desde 2010, en estas tres ciudades, sólo 43% de las empresas fundadas por mujeres han obtenido financiamiento, un número menor al de los emprendimientos fundados por hombres, de los cuales 53% obtuvieron capital.
No obstante, la crisis generada por la pandemia de Covid-19 ha representado una gran oportunidad para las mujeres, quienes en 2020 incrementaron el tamaño de sus empresas en el sector de la tecnología en comparación a 2019; principalmente, aquellas con presencia en los subsectores de apps, healtech y servicios de tecnología en general.
La investigación analizó más 800 empresas de tecnología en tres ciudades e identificaron cuántas tenían una mujer cofundadora o fundadora. Los datos arrojaron que del total de emprendimientos tecnológicos, en Bogotá solo representan 8% los fundados por mujeres; en Buenos Aires 10% y en la Ciudad de México 16%.
“Si lo comparas con la humanidad que tiene un 50-50, pues hay un déficit de mujeres emprendiendo en sector de la tecnología. Nosotros indagamos en las razones y algo que fue interesante es que no necesariamente se tiene que tomar el punto de partida cuando inician su carrera de emprendimiento, sino desde los orígenes, del tipo de estudios y del tipo de hábitos que hay en casa. Lo que nos dimos cuenta es que en realidad, la sociedad, los hogares y los propios individuos tenemos una responsabilidad en esto”, señaló Speranza.
Al respecto, Laura Figueroa —product manager de BEDU y ganadora de la vertical de inclusión financiera de Talent Land en 2019— comentó en entrevista que una de las cadenas que parte de la poca participación de las mujeres en la industria tecnológica surge por la falsa creencia de que las niñas y jóvenes no se interesan por carreras STEM (acrónimo de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en inglés).
Este fenómeno ocurre debido a factores individuales como la autopercepción, la eficacia personal y el interés por ciertas materias. Un estudio realizado por el Centro de Investigación de la Mujer en Alta Dirección (CIMAD) del IPADE y Movimiento STEM descubrió que las niñas tienen una percepción errónea sobre su propia capacidad intelectual y desempeño; factores fuertemente influenciados por estereotipos de género establecidos en la familia.
“Este tipo de cosas son lastres culturales, que desde el propio hogar debemos de atender y dejar de tener estos estereotipos que impide a las niñas tener este camino a las ciencias y tecnología”, afirmó Vincent Speranza.
De acuerdo con el estudio de Endeavor, al menos 84% de las mujeres encuestadas concuerda en algún grado con que se enfrentan a más dificultades que los hombres en el proceso de emprender; un 40% de ellas ha sido víctima de algún tipo de discriminación, siendo 97% de los casos temas de género.
Para las 96 mujeres emprendedoras encuestadas, el obstáculo más grande es el financiamiento, seguido por el equilibrio entre la vida personal y laboral y, la falta de redes de contacto relevantes del ecosistema emprendedor.
Sin embargo, el ecosistema no es del todo desfavorable para las mujeres emprendedoras. Aunque 77% de las empresas de tecnología son fundadas por hombres, Endeavour descubrió que la proporción de emprendedores que lograron escalar su empresa a 50 o más empleados es muy similar tanto para hombres como para mujeres.
“Como la realidad lo demuestra y los estudios lo confirman, a través de sus conocimientos, su visión y su desempeño, las mujeres se convierten en factores de progreso y crecimiento económico”, escribió Laura Cruz, CEO en México de Mastercard, en un comunicado.
Según el estudio Women Matter Mx de McKinsey, las compañías con una mayor representación de mujeres en niveles directivos tienen un valor económico agregado (EVA) 28% mayor; así como un margen de ganancias (EBIT) 55% mayor y un retorno sobre el capital (ROE) 47% mayor.
Contar con conocimientos STEM no es determinante para emprender en el sector; sin embargo, un perfil de este tipo dentro del equipo puede marcar la diferencia.
Tener un equipo diverso en todos los sentidos permite que las empresas tengan un panorama más amplio del mercado y de su negocio. En este sentido, las entrevistas realizadas por Endeavor muestran que ser profesional en el sector de tecnología puede incrementar la autoconfianza de las mujeres; incentivarlas a emprender en tecnología, así como aumentar su participación en la fuerza laboral.
De un análisis de 160 mujeres en el sector se encontró que sólo 27% tiene un perfil STEM, mientras que el caso de los hombres fue un 53%.
“Esta investigación busca sensibilizar a todo el ecosistema de emprendimiento y replantear el cómo se han hecho las cosas hasta el momento. Igualmente que más inversionistas —sean del género que sean— puedan apostar cada vez más por empresas encabezadas por mujeres, invita a que tomen la decisión de emprender en tecnología”, dijo el director de Endeavor México.
Finalmente, Vincent Speranza, aseguró que al ver la tendencia, es seguro que el futuro de la tecnología en América Latina será cada vez más femenino.
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