La plataforma de servicios financieros y comercio electrónico Robinhood inició el proceso para salir a bolsa en Estados Unidos con la presentación de una oferta pública inicial (OPI), ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC). En el documento, la empresa enumera los factores de riesgo que podrían dañarles y hacer caer el precio de sus acciones.
Aunque muchos de estos factores son comunes a todas las compañías del sector, el hecho de que Robinhood fuera una compañía pionera en el comercio libre de acciones y su reciente inmersión en el mundo de las criptomonedas hace que le afecten algunos peligros particulares.
Desde marzo de 2020, asegura Robinhood, experimentaron un “crecimiento sustancial” en su número de clientes. El hecho de que las personas tuvieran obligación de quedarse en casa, afirman, hizo crecer de manera significativa los pedidos, así como el interés por las finanzas personales. Eran, cifraron en la empresa, 18 los millones de cuentas que tenían a finales de marzo de 2021.
Con la desaparición progresiva de las restricciones, temen que este cambio en la tendencia se detenga. Reconocen que es posible que no sean capaces de mantener la cartera de clientes que han logrado.
Robinhood afirma que ha crecido tan rápidamente en tan poco tiempo que su rendimiento financiero podría verse afectado si no puede gestionar su crecimiento de forma eficaz.
La plataforma de trading online se lanzó en 2013 y comenzó a permitir a los usuarios comprar y vender algunas criptodivisas en 2018. Desde entonces ha tenido varios problemas con la oferta de nuevos productos.
Dogecoin, la moneda virtual que nació de un meme, ha llegado a suponer el 34% de sus ingresos por el comercio de criptomonedas. Esta dependencia, lógicamente, provoca que, si baja el interés en dogecoin, la empresa podría verse seriamente afectada.
Además, también señalan que el cada vez mayor marco regulatorio en torno al ecosistema criptográfico y las investigaciones sobre asuntos regulatorios, a las que ya está siendo sometida Robinhood, también podrían dañar su negocio. La afección a esta plataforma también llegaría, explican, por los cambios en las leyes fiscales estadounidenses, como algunos aumentos propuestos por la administración Biden.
Destacan en Robinhood que su marca y su reputación son 2 de sus “activos más importantes”. Por ende, exponen, “cualquier publicidad negativa podría causar un efecto negativo en la empresa; e, incluso, provocar ataques de ciberseguridad, acusaciones de fraude, acciones regulatorias propuestas o litigios, y el incumplimiento de los requisitos legales y fiscales”.
Alertan, también, que si es pirateado, los clientes podrían perder sus criptomonedas: «Si no podemos acceder a nuestras claves privadas o si experimentamos un pirateo u otra pérdida de datos relacionada con las criptomonedas, es posible que nuestros clientes no puedan comerciar con ellas y nuestra reputación y nuestro negocio podrían verse perjudicados», apuntaron.
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