Hay mucho en juego en Google Bard, la respuesta del gigante de las búsquedas al chatbot conversacional ChatGPT de OpenAI.
Con el éxito viral de ChatGPT y Microsoft implementando la misma tecnología subyacente en su propio motor de búsqueda Bing, Google necesita que Bard entre en la conciencia pública.
La popularidad potencial de Bard, o la falta de ella, tiene serias implicaciones para el liderazgo de Google en las búsquedas en línea y su posición general como gigante tecnológico de vanguardia.
Las señales no son positivas hasta el momento.
El martes, Google inició el proceso de apertura de Bard al mundo al invitar a usuarios de Estados Unidos y el Reino Unido a registrarse para probarlo. Primero hizo una demostración de Bard en febrero, en una clara respuesta a ver a ChatGPT arrasar en el mundo, pero solo ahora está abriendo el acceso.
Google describe el chatbot como «nuestro primer experimento que te permite colaborar con la IA generativa». Unirse a una lista de espera para Bard requiere que tengas 18 años o más, una cuenta personal de Google y un navegador compatible.
Desafortunadamente para el gigante de las búsquedas, la versión beta de Bard no ha sorprendido, con un primer lote de adoptantes aparentemente decepcionados por sus capacidades en comparación con la tecnología GPT-4 de OpenAI.
Bard ya ha tenido algún contratiempo.
Un posible error cometido por el chatbot durante su lanzamiento de demostración el mes pasado fue seguido por una pérdida de 100,000 millones de dólares (mdd) en la valoración de la empresa matriz Alphabet.
Ahora los probadores dicen que la versión actual de Bard no está a la altura de la competencia.
«He estado jugando con Google Bard por un tiempo hoy y nunca pensé que diría esto, pero… Bing está muy por delante de Google en este momento (en esta función de chat específica)», tuiteó el YouTuber tecnológico Marques Brownlee el martes.
Ethan Mollick, profesor asociado de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, donde enseña emprendimiento e innovación, agregó que aunque es temprano, «Google’s Bard no parece tan capaz como una herramienta de aprendizaje como Bing o GPT-4».
Mollick señala que «Google Bard pierde» frente a su rival «por mucho» en poesía, batallando mucho más para generar una sextina, forma de verso fijo de Francia compuesta por 39 líneas.
Una indicación para que Bard generara una sinopsis de una película de «Star Wars» al estilo del cineasta David Lynch —conocido por su narración excéntrica— terminó produciendo una trama estándar de «Star Wars».
La misma indicación hecha a GPT-4 produjo algo que se sintió claramente Lynchiano.
Bard también tiene problemas para hacer crucigramas, un área en la que, teóricamente, las IA impulsadas por grandes modelos de lenguaje deberían sobresalir. Por ejemplo Twofer Goofer, un rompecabezas en línea que involucra a los usuarios que descubren qué son un par de palabras misteriosas que riman a través de indicaciones y pistas ligeramente obtusas.
GPT-4 de OpenAI tiene una tasa de éxito del 96% en el juego, mientras que los humanos tienen éxito 82% de las veces, según un análisis realizado por los creadores del juego.
La tasa de éxito de Bard en este juego es de 0%.
Al describir los resultados como «sorprendentemente decepcionantes», el co-creador Collin Waldoch escribió: «Bard no pudo resolver un solo Twofer Goofer cuando se le dio la indicación. Estuvo cerca en un par de instancias, pero finalmente no tuvo éxito».
Es posible que Google se haya topado con el dilema del innovador, donde los titulares se enfrentan a una amenaza real de las empresas jóvenes y ágiles si deciden mantener el rumbo y no innovar.
Es posible que la compañía tenga una herramienta de inteligencia artificial súper impresionante bajo la manga. Hugh Langley de Insider informó a principios de marzo que los empleados de Google están probando una versión más inteligente de Bard, apodada «Big Bard». La herramienta, escribió Langley, tiene respuestas más humanas y es más informal. Lo que está disponible para el público es la versión ligera.
El caso de Google contra OpenAI para lanzar una IA potente y de uso comercial se basa en los problemas éticos que rodean a una tecnología propensa a errores, sesgos y uso indebido. Pero esta es ahora la era de la IA, como dijo audazmente Bill Gates el día que se lanzó Bard. El desarrollo de la IA, en sus palabras, “es tan fundamental como la creación del microprocesador, el ordenador personal, internet y el teléfono móvil”.
Ten en cuenta que Gates no menciona la búsqueda web en su lista de desarrollos fundamentales. Es posible que Google deba moverse más rápido para consolidar su posición en la historia de la tecnología.
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