El vínculo entre la inteligencia artificial y la medicina para el diagnóstico de enfermedades raras puede encontrarse en los lugares más insospechados, como la tecnología detrás del CGI de Avatar.
De acuerdo con la BBC, un grupo de científicos usa trajes de captura del movimiento (útiles para crear personajes de películas como Avatar) para detectar la aparición de enfermedades raras que afectan al movimiento.
Estos sistemas utilizan inteligencia artificial (IA) para analizar la actividad del cuerpo, y en diversas pruebas —plasmadas en un artículo en Nature— los científicos midieron la gravedad de dos trastornos genéticos; específicamente, realizaron dos estudios distintos en pacientes afectados por ataxia de Friedreich y distrofia muscular de Duchenne.
Los científicos fueron capaces de medir la gravedad de ambos trastornos el doble de rápido que los mejores médicos. Además de reducir tiempos, los autores estiman que la tecnología podría reducir de manera relevante el presupuesto necesario para desarrollar nuevos fármacos en ensayos clínicos.
La tecnología — desarrollada por investigadores del Imperial College y el University College de Londres durante una década— también podría aplicarse a otras enfermedades que afecten al cerebro o al sistema nervioso, el corazón, los pulmones, los músculos, los huesos y una serie de trastornos psiquiátricos.
Para seguir la progresión de esta clase de enfermedades, se mide en una clínica como las personas afectadas realizan ciertos movimientos estandarizados. En estas pruebas, evaluar la velocidad y la precisión puede tomar años; sin embargo, el sistema de captura del movimiento puede hacerlo de manera mucho más rápida y precisa.
«Nuestro nuevo método detecta movimientos sutiles que los humanos no pueden captar», comenta el profesor Aldo Faisal, del Imperial College. Faisal está desarrollando sensores capaces de seguir el movimiento al aire libre y en situaciones cotidianas fuera de la clínica.
La ataxia de Friedreich suele aparecer en la adolescencia en una de cada 50,000 personas. Por su parte, la distrofia muscular de Duchenne afecta cada año a 20,000 niños, en su mayoría varones. La medicina todavía no ha encontrado cura para ninguna de las enfermedades.
Al poner los trajes en pacientes con ataxia de Friedreich, los científicos descubrieron que la tecnología era capaz de predecir el empeoramiento de la enfermedad en 12 meses, la mitad del tiempo que tardaría normalmente un experto. En las pruebas con 21 niños de entre cinco y 18 años con distrofia muscular, el sistema predijo cómo se vería afectado su movimiento dentro de seis meses con mucha más precisión que un médico.
Se trata, por tanto, de una tecnología muy esperanzadora para acelerar y rentabilizar la búsqueda de medicamentos para estos problemas, abaratando con creces los ensayos clínicos.
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