Lee Kun-hee —quien convirtió a Samsung Electronics en una potencia mundial en teléfonos inteligentes, semiconductores y televisores— murió este domingo a los 78 años después pasar más de seis en un hospital tras un ataque al corazón, dijo la compañía.
El presidente de Grupo Samsung, quien también era la persona más rica de Corea del Sur, convirtió a la empresa en el mayor conglomerado del país, pero también fue condenado por soborno y evasión de impuestos.
Él y el imperio que construyó fueron juzgados por ejercer una enorme influencia económica, por una gestión opaca y transferencias dudosas de la riqueza familiar.
“Lee es una figura tan simbólica del espectacular ascenso de Corea del Sur y de cómo este país abrazó la globalización, que su muerte será recordada por muchos coreanos”, dijo Chung Sun-sup, director ejecutivo de la firma de investigación corporativa Chaebul.com.
Los 289,600 millones de dólares (mdd) de ingresos de las filiales del Grupo Samsung en 2019 equivalen al 17% del Producto Interno Bruto (PIB) de Corea del Sur, según datos de la Comisión de Comercio Justo y un cálculo de Reuters.
Lee es el último líder de segunda generación de un conglomerado controlado por una familia surcoreana (o chaebol) que ha muerto, lo que deja cuestiones de sucesión potencialmente complicadas para la tercera generación.
“No se puede negar que reforzó la estructura económica dirigida por los chaebol y no reconoció los sindicatos”, dijo Lee Nak-yon, el ex primer ministro de Corea del Sur y actual líder del partido gobernante.
La muerte de Lee —con un patrimonio neto de 20,900 mdd, según Forbes— provocará el interés de los inversores en una posible reestructuración del grupo que implica sus participaciones en empresas clave de Samsung, como Samsung Life Insurance y Samsung Electronics.
Jay Y. Lee, su hijo, estuvo envuelto en problemas legales relacionados con una fusión de dos filiales de Samsung que le ayudaron a tener un mayor control del buque insignia del grupo, Samsung Electronics.
El joven Lee cumplió condena en la cárcel por su papel en un escándalo de sobornos que desencadenó la impugnación de la entonces presidenta Park Geun-hye.
El caso, que se encuentra en apelación, está programado para reanudarse este lunes. Otro juicio por fraude contable y manipulación de precio de las acciones comenzó este mes.
Con información de Reuters.
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