Las compras en línea son cómodas pero conllevan un desafío en la seguridad en las transacciones para evitar fraudes, especialmente, ahora que se acerca El Buen Fin, que se realizará del 10 al 16 de noviembre.
El intermediario de pagos Adyen —que procesó 360,000 millones de dólares (mdd) en 2020 a nivel mundial— asegura que algunos de los problemas más comunes son el robo de identidad para cometer fraudes.
En las transacciones se refleja como cargos no reconocidos para el comprador; mientras que para el comercio significa la devolución del monto pero no recupera la mercancía.
Si bien las compras en línea casi se duplicaron durante el año pasado, los fraudes son un motivo para mantener a algunos usuarios de internet lejos del e-commerce. De acuerdo con datos de Sophos, en México, 25% de las empresas fueron víctimas de ciberataques en los últimos 12 meses. A nivel mundial, esta cifra asciende a 37%.
Por ello, Erick McKinney, country manager de Adyen en México, destacó la importancia de mantener la confianza de compradores y empresas. Durante un evento híbrido, McKinney mencionó que una forma de evitar el robo de información para usuarios finales es no compartir datos bancarios a través de WhatsApp.
Ya que al menos 82% de los consumidores mexicanos tienen la intención de adquirir al menos un producto en línea durante El Buen Fin, Adyen alerta por la oportunidad de fraudes en el e-commerce.
De hecho, los fraudes y contracargos representaron 335 millones de pesos (mdp) ante la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef). Esta es la doble afectación que señala McKinney de la que se tienen que proteger tanto compradores como dueños de e-commerce.
“Hay un nuevo baseline de transacciones en México que no esperábamos ver hasta 2024 y con esto ha venido una oportunidad enorme en el mercado”, dijo McKinney. Pero también reconoce el riesgo de fraude.
A través de anaítica, Cássia Pinhero, líder de riesgo y cumplimiento al cliente, dijo que la estrategia de Adyen para detectar, evitar y disminuir el riesgo de fraude responde a tres aspectos:
La gestión de riesgos debe realizarse desde un enfoque unificado, pero con una estrategia de uso de diversas herramientas utilizadas. Es decir, las empresas deben combinar diferentes protocolos de seguridad, revisiones manuales y análisis de datos.
“Los entes fraudulentos están en constante evolución y cambian sus métodos de forma frecuente, volviéndose cada día más sofisticados”, destacó la especialista
Para hacerles frente, dijo que es prioritario utilizar medidas de autenticación como los datos biométricos, que sustituyen a las contraseñas tradicionales, entre los que destacan:
Además de diversificar su estrategia ante fraude, los comercios requieren un aliado tecnológico para unificar el uso de todas herramientas en una sola plataforma de gestión de riesgos. Esto les ahorra tiempo y facilita la generación de un plan sólido de respuesta ante emergencias.
Desde la perspectiva de Adyen, los e-commerce deben establecer de forma clara sus procesos de detección y combate al fraude:
“Muchos comercios caen en el ‘vicio’ de establecer medidas tan drásticas y sólidas en sus esquemas de detección de compradores fraudulentos que dejan de ser flexibles y comienzan a bloquear a los buenos compradores. Es decir, los rechazan con medidas férreas, pero siendo laxos empiezan a tener un problema de contracargos”, dijo MacKinney.
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