Neuralink, una startup de tecnología neuronal que Elon Musk cofundó en 2016, ha estado trabajando en una «interfaz cerebro-máquina» que consiste en un pequeño chip implantado en el cráneo que puede leer y escribir la actividad cerebral.
Musk describió el chip, que Neuralink mostró el viernes durante su demostración en vivo, como «un Fitbit en tu cráneo con pequeños cables».
El chip del tamaño de una moneda se conecta a cables ultrafinos y flexibles, cada uno tiene alrededor de 5 micrones de grosor (aproximadamente 20 veces más delgado que un cabello humano), contienen un total de 1,024 electrodos y se abren en abanico dentro del cerebro. Esos electrodos pueden leer o, teóricamente, escribir la actividad cerebral al detectar o estimular neuronas; todo mientras transmiten los datos de forma inalámbrica a través de ondas de radio similares a Bluetooth para que los científicos puedan analizarlos.
Neuralink también desarrolló un robot de precisión para instalar quirúrgicamente el chip debajo del cráneo y colocar los cables en el cerebro para no dañarlo al perforar accidentalmente los vasos sanguíneos. Este es un procedimiento que Musk afirmó que toma solo horas y no deja nada más que una pequeña cicatriz.
Musk, como era de esperar, ha hecho algunas afirmaciones descabelladas sobre el potencial de la tecnología.
Según sus predicciones, podría: crear «simbiosis» entre la mente humana y las computadoras; «arrojar algo de luz sobre la conciencia»; permitir que las personas «guarden y reproduzcan recuerdos»; curar parálisis, ceguera, pérdida de memoria y otras enfermedades neurológicas; habilitar la «visión sobrehumana» o dar a las personas la capacidad de invocar su Tesla telepáticamente.
«Sí, esto suena cada vez más como un episodio de ‘Black Mirror’», reconoció Musk durante la demostración del viernes.
Si bien los neurocientíficos dijeron que Neuralink parece estar muy lejos de cumplir algunas de las promesas más ambiciosas de Musk, son optimistas de que las interfaces cerebro-máquina podrían usarse en un futuro no muy lejano para tratar algunos problemas neurológicos como lesiones de la médula espinal, Parkinson, o para controlar prótesis.
«Las enfermedades en las que entendemos el circuito [neurológico] y qué hace exactamente ese circuito son aplicaciones potenciales», dijo a Business Insider el doctor Jason Shepherd, profesor asociado de neurobiología en la Universidad de Utah.
Pero otros trastornos neurodegenerativos, como la demencia, son más difíciles de abordar, dijo. Esto porque «hay un comportamiento complejo, hay aprendizaje y memoria complejos o aspectos que no están regulados por una sola área del cerebro».
Neuralink ofreció a los espectadores una demostración extraña y un poco distópica en la que utilizó su chip para analizar la actividad cerebral de los cerdos, que a menudo se utilizan en la investigación porque sus cerebros se parecen más a la anatomía de los cerebros humanos.
La demostración del viernes involucró a varios cerdos: «Joyce», que no tenía un chip implantado; «Dorothy», que tenía uno, pero que desde entonces se lo quitaron (lo que Musk dijo que era importante porque mostraba que podían eliminarlo si cambia de opinión o desea «actualizar»); «Gertrude», que tiene un chip durante dos meses; y varios otros con chips «duales» implantados.
Luego, los asistentes pudieron ver y escuchar «señales en tiempo real» del Neuralink de Gertrude. Este estaba configurado para detectar «picos» de actividad neuronal en su hocico para que la pantalla se iluminara y los sonidos se reproducían mientras olfateaba comida alrededor de su corral.
Musk también mostró un video de uno de los cerdos en una caminadora donde la compañía trató de predecir la posición de las extremidades del cerdo al detectar su actividad cerebral, lo que afirmó que hizo casi a la perfección.
Por supuesto, trabajar con cerdos todavía tiene varios pasos importantes alejados de los seres humanos, tanto en términos de obstáculos técnicos como de aprobación regulatoria. En ese frente, Musk dijo que Neuralink había obtenido la aprobación de «dispositivo innovador» de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), lo que puede ayudar a acelerar la investigación y el desarrollo detrás de las nuevas tecnologías médicas.
Finalmente, el equipo de Neuralink proporcionó algunos detalles técnicos limitados sobre los materiales utilizados en el chip y los cables, así como la velocidad y resolución a la que el chip puede leer y escribir datos.
En realidad, no, al menos en lo que la gente podría obtener con solo ver la demostración; sin embargo, a los científicos e ingenieros sin duda les encantaría ver a Neuralink publicar más investigaciones sobre su chip, ciencia de materiales y algoritmos para respaldar parte de la exageración que Musk ha creado.
«Toda la tecnología que mostró ya se ha desarrollado de alguna manera», dijo Shepherd. «Básicamente, lo que han hecho es empaquetarlo en un formato pequeño y agradable que luego envía datos de forma inalámbrica».
El trabajo de Neuralink se basa en el trabajo que los neurocientíficos y bioingenieros han estado haciendo durante décadas, quienes en los últimos años han logrado avances como los brazos robóticos controlados por la mente.
«Si solo vieras esta presentación, pensarías que surge de la nada, que Musk está haciendo esta magia, pero en realidad, realmente ha copiado y pegado mucho trabajo de muchos, muchos laboratorios que han estado trabajando en esto, «Dijo Shepherd.
Aún así, el entusiasmo de Musk por el tema y sus bolsillos profundos probablemente generarán un interés adicional, tanto de los inversores como del público. Esto podría ser de gran ayuda para otros trabajos de neurociencia, agregó.
Los científicos han quedado impresionados antes con algunos de los avances de Neuralink, sobre todo con la «máquina de coser» que desarrolló para insertar los cables ultrafinos en el cerebro.
«Hacer estas cosas a mano, son cosas muy finas … es muy difícil tener una mano lo suficientemente firme para hacer estas cosas manualmente», dijo Andrew Hires, profesor asistente de neurobiología en la Universidad de California, a Business Insider en julio de 2019 después de Neuralink publicó una nueva investigación y afirmó que había conseguido que un mono controlara una computadora.
Dependiendo de para qué quieran usar la tecnología, los investigadores y las nuevas empresas tecnológicas que trabajan en chips cerebrales aún enfrentan varios desafíos.
Uno de los más importantes es el desarrollo de materiales que puedan insertarse de manera segura en el cerebro humano durante largos períodos de tiempo sin deteriorarse ni causar infecciones.
Otros incluyen la fabricación de chips que puedan leer datos lo suficientemente rápido y con una resolución lo suficientemente alta como para ser útiles. También en diseñar algoritmos que puedan interpretar los datos con precisión y diseñar una forma de insertar los cables más profundamente en el cerebro para que el chip pueda acceder a más de su actividad.
También hay problemas importantes de seguridad, privacidad, políticos, legales y éticos que seguramente surgirán. Obviamente, implantar un chip en la cabeza de alguien para que lea sus datos cerebrales sin procesar, y le permita controlar sus movimientos físicos, vista, olfato u oído a través de una aplicación móvil (usos que Musk dijo que Neuralink está persiguiendo) podría salir muy mal.
«Muchos de estos tipos de empresas están atrapados entre la etapa de desarrollo y la etapa de aplicación», dijo Shepherd. «Y desde mi punto de vista, creo que la etapa de desarrollo de esto es muy prematura, todavía hay mucho trabajo por hacer».
Neuralink también podría enfrentar algunos de sus propios desafíos únicos. STAT News informó a principios de esta semana que varios ex investigadores de Neuralink expresaron su preocupación por una cultura caótica dentro de la empresa. Dijeron que esta se encuentra caracterizada por un choque entre plazos ajustados y el ritmo más lento típico de la investigación científica.
Dijeron a STAT que la compañía utiliza el enfoque favorito de la tecnología de «moverse rápido y romper cosas» para construir un dispositivo médico. Agregaron que «la estrategia es muy inmadura a veces».
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