Imagínate que tu hija o amiga te diga «creo que soy trans», y que no tenga nada que ver con la identidad de género, sino con la tecnología.
Es una de las famosas frases de Bethany Lyons, una de las protagonistas de la aclamada serie de HBO Years and Years, que habla sobre el futuro que depara a la sociedad en los próximos 5 años, un futuro caótico, pero lleno de avances tecnológicos.
Tras soltar ese comentario, la joven aclara: «No soy transexual, soy transhumana». Pero, ¿qué quiere decir eso?
La tecnología fascina y aterra a partes iguales, pues en un mundo con infinitas posibilidades, lo desconocido siempre tiende a generar algo de miedo.
Muchos piensan que estos avances podrían llegar, incluso, a deshumanizar a la sociedad, pero el ser humano tiene una capacidad de adaptación increíblemente rápida.
En Years and Years ves desde filtros de instagram, como el famoso del perro que saca la lengua, trasladados a un entorno real como un holograma, gente que almacena su mente en un dispositivo cuando su cuerpo muere y llamadas telefónicas a través de tu propia mano, pero, ¿cuáles se cumplirán en un futuro? ¿Deberías tenerles miedo?
Aquí tienes 9 tecnologías «aterradoras» que podrían formar parte del futuro o que ya lo están empezando a ser.
Los nanites, también conocidos como nanobots, son robots de un tamaño minúsculo, que no se pueden ver a simple vista, pero que estarían en todas partes, dentro de las personas, en la naturaleza, en objetos, en todo lo que te puedas llegar a imaginar.
Podrían replicarse, pensar y su control no estaría centralizado, podrían replicarse y pensar, por lo que algunas de sus funciones podrían ser curar enfermedades, deshacerse de la contaminación o buscar vida en otros planetas.
Sin embargo, asusta un poco porque su carácter tecnológico los hace fácilmente manipulables. Imagínate que alguien piratea los nanobots que hay dentro de tu propio cuerpo, suena peligroso ¿verdad? Ahora imagínatelo a escala global, podría desencadenar el apocalipsis.
Aunque a la vez que avanzan las técnicas de piratería, también avanzan las de seguridad contra la misma, por lo que se pretende que estos dispositivos invisibles sean tan seguros que no se puedan manipular.
No obstante, llegar a confiar al 100% en que eso no ocurra es difícil, siempre estarías pensando en esa pequeña posibilidad aterradora.
Al leer realidad inmersiva (RI), puede que estés pensando en la realidad aumentada (RA) y en la realidad virtual (RV), pero lo cierto es que esto va mucho más allá, pues inyecta otra realidad en tu cerebro.
El proceso consiste en manipular tus propias ondas cerebrales para crear nuevas experiencias, a través de interfaces llamadas interfaz cerebro-computadora (ICC), permitiéndote el control de tu propio cerebro.
Pero la utilidad no se queda en una experiencia entretenida, sino que podrías quitarte tus miedos más profundos, leer miles de libros en un segundo, cambiar rasgos de tu personalidad que no te gusten, controlar objetos a través de la mente o, como en muchas películas, comunicarte telepáticamente con otras personas.
Los problemas que afronta este avance serían la posible pérdida del apego con la realidad, desdibujar la línea que separa lo real de la imaginación o la pérdida de experiencias humanas tan básicas como mover la boca para hablar.
Esta tecnología en exceso podría llegar a ser muy peligrosa, pero usada bajo unas normas y de forma adecuada, podría llegar a ser muy interesante.
Years and Years ya adelantaba esta nueva tecnología: cargar tu mente a un dispositivo digital cuando tu cerebro y tu cuerpo ya no sirven, para así poder vivir eternamente en un programa que genera un entorno virtual, convertirse en transhumano, según la serie.
Piensa en tu mente como una especie de disco duro con muchísima información, solo tienes que introducirlo en un programa de ordenador y crear un mundo nuevo, como un juego.
Es complicado saber si realmente funcionará, pues se desconoce qué pasaría con la conciencia, por ejemplo. Tampoco habría forma de saberlo, pues la «persona» podría decirte que sí la tiene, pero podría basarse en recuerdos almacenados de su vida física anterior.
Muchos científicos sostienen que la conciencia no se encuentra en la parte almacenada del cerebro, sino que se genera con interacciones, con impulsos sinápticos, pero a día de hoy, es imposible confirmarlo.
¿Existirá en unos 5 años esta práctica para algunos privilegiados?
Existen cientos de películas donde los robots acaban superando en inteligencia y habilidades a los propios humanos. Todas acaban mal. Sin embargo, parece ser que los ingenieros y científicos siguen creyendo en su gran potencial.
Una de las aplicaciones de la inteligencia artificial (IA) de los últimos años ha sido el arte. Robots capaces de pintar, tocar música o escribir a niveles increíbles.
Existen cuadros pintados por una Red Adversaria Generativa (RAG), una IA que se están vendiendo por casi medio millón de dólares, una locura ¿verdad?
No obstante, muchas personas sostienen que el arte tiene que ser humano, porque el arte tiene que tener alma y personalidad, pero la verdad es que sus creaciones son tan buenas como las de cualquier persona real.
Esto supone un problema, pues si la IA acaba siendo tan buena o mejor que los humanos en la mayoría de las acciones, ¿para qué servirían las personas?
Sin embargo, quizás quedaría el mensaje, es decir, un cuadro hecho por IA puede ser muy bueno técnicamente, pero para los robots, extraer un mensaje con sentido del arte, sería casi imposible.
Hoy en día existen tantas opciones para todo, que elegir se ha vuelto todo un reto. A veces puede que sientas que cargas una responsabilidad enorme, por lo que te comes la cabeza intentando averiguar que camino tomar.
Sin embargo, aunque pienses que muchas de esas decisiones son tuyas, a nivel tecnológico y de internet, empresas como Google y Facebook podrían estar influyendo en gran manera, pues personalizan tu experiencia con sus anuncios y recomendaciones. Te guían en el proceso.
Hasta un punto, que alguien tome decisiones difíciles por ti podría suponer un alivio, pero a la vez significaría que no tienes el control de tu propia vida, serías como una marioneta a la que manejan a placer.
No obstante, de alguna forma, ya la has perdido en cierta manera, pues es Netflix quien te dice qué serie ver en función de las que has visto anteriormente y tus gustos, es Spotify quien te recomienda qué canción escuchar. Solo por que hagas click en el botón de reproducir, no quiere decir que ver esa película haya sido decisión tuya.
Esta experiencia manejada por IA puede ser bastante buena, como todo, hasta un punto, pues tener una experiencia personalizada con tus gustos siempre es algo positivo y de este modo, no puedes arrepentirte de las decisiones que no has tomado tú directamente.
Otro de los clásicos de la tecnología que se ve en muchas películas, son los androides o ginoides, robots con forma de humanos muy realistas que te harán dudar de si son personas de verdad.
El sexo y las herramientas que proporcionan placer siempre ha sido un pilar fundamental en la sociedad, para que te hagas una idea, el primer consolador tiene 28,000 años. Sí, has leído bien.
Pronto, puede que estos robots humanoides invadan las camas de todo el mundo y, gracias a la IA, puede que el sexo con ellos sea, como en todo, incluso mejor, pues podrán doblarse y moverse en cualquier posición que imagines.
Además, también estarán programados para satisfacer necesidades emocionales, mucho más allá de las físicas, por lo que podrás hablar con tu robot sexual de tus preocupaciones y tener contacto cercano como un abrazo.
¿Problemas? Como toda la tecnología, pueden ser pirateados para hacer daño, reemplazan el afecto humano y podrían extinguir la raza humana, pues si la gente empieza a preferir los robots a los humanos en sus relaciones sexuales, ¿cómo se tendrán hijos?
Sin embargo, puede que la sociedad los acabe normalizando con el tiempo, como ha pasado con todo tipo de cosas, como la pornografía o los consoladores. Las relaciones cambian con la evolución.
En relación con el punto anterior, esta podría ser una solución a esa falta de reproducción por culpa de los robots sexuales, los bebés creados artificialmente gracias a la alteración del código genético.
Desde hace ya varios años, la humanidad ha conseguido clonar animales, como la famosa oveja Dolly, pero en los próximos años esta técnica podría perfeccionarse aun más.
El objetivo principal de crear bebés al gusto, sí, como el que habla de una pizza, sería evitar que tengan enfermedades o que contengan cualidades específicas, como ser amable o inteligente.
El problema aquí sería que jugar a ser Dios podría salir muy caro, pues se podrían llegar a crear «monstruos»; además de crear una especie de brecha social, contra la que se lleva ya luchando muchos años.
Las personas ricas, al tener más dinero, podrán crear bebés perfectos en consonancia con los cánones de belleza sociales; por lo que los pobres no cumplirán con esas características, aumentando así las diferencias raciales y discriminatorias. Una especie de #undesignedbabiesmatter.
La ley moral de tener un bebé es quererlo sea como sea, que esté sano y feliz; y aquí la tecnología estaría saltándosela por los aires.
La criónica es algo que probablemente te suene, pues muchos famosos han recurrido a ella, como James Bedford o Ted Williams —y otros que piensan hacerlo en un futuro cuando fallezcan, como Paris Hilton—.
La criogenización consiste en congelar tu cuerpo para que, en un futuro, con la tecnología más puntera y avanzada, puedan descongelarte y así tener una «segunda oportunidad en la vida».
Aunque el proceso de congelación ha mejorado mucho en los últimos años, todavía tiene fallos que pueden causar daños irreversibles. En cuanto a la tecnología de descongelación, todavía no existe.
¿El problema? Que llevar a cabo este proceso científico es carísimo, no apto para cualquier bolsillo, por lo que si la criónica mejorase puede que solo los ricos consiguieran burlar a la muerte.
Sería como conseguir una especie de inmortalidad. ¿Qué harías si no te tuvieses miedo a la muerte?
Por último, está la inteligencia general artificial (IGA), que va más alla de la conocida IA, pues estos humanoides podrían realizar cualquier tipo de tareas y aprender, a diferencia de la inteligencia artificial actual, que solo puede realizar tareas encomendadas específicas.
Esto supondría un gran avance, pues su inteligencia sería estratosférica, lo que podría plantear serios problemas, pues superarían al propio ser humano e incluso podrían revelarse como pasa en muchas películas de Hollywood.
No significa que los IGA tengan intención de acabar con las personas, sino que necesitamos tantas cosas para vivir, que puede que estos robots las comprometan por error, causando estragos.
Es muy difícil controlar al 100% este tipo de inteligencia artificial, por lo que en algunas ocasiones podrían llegar a ser peligrosos, pues su función siempre será realizar sus tareas lo mejor posible, sin importar quién esté delante.
Además, hay muchas personas que opinan que hay algo en la mente que es imposible de replicar, la conciencia, como bien se explicó antes; por lo que nunca podrían alcanzar esa característica humana.
¿Cuáles de estas tecnologías aterradoras te gustaría que fueran parte de tu vida?
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