El miércoles fue duro para las mayores compañías petroleras del mundo. Primero, un tribunal de los Países Bajos dictaminó que el gigante petrolero angloholandés Shell tiene que acelerar la velocidad a la que reduce sus emisiones de carbono. Fue un caso legal histórico que puede conducir a fallos similares.
Luego, los accionistas se opusieron a la administración de ExxonMobil y respaldaron a un grupo de inversionistas activistas para elegir al menos dos nuevos miembros de la junta. El grupo dijo que el enfoque continuo de la compañía en los combustibles fósiles significa que enfrenta un «riesgo existencial».
Mientras tanto, los accionistas de Chevron votaron a favor de una resolución para que reduzca sustancialmente las emisiones de los productos que vende.
Total es la próxima compañía en enfrentar la presión de los accionistas; y este jueves se realizará la votación sobre la política climática de la petrolera francesa. Por ello, Greenpeace Francia y otros grupos instan a los accionistas a votar en contra del plan; también, han criticado sus planes para nuevos proyectos petroleros.
«Los votos sísmicos en Exxon y Chevron envían un mensaje claro: los accionistas pueden forzar una acción real sobre el clima si tienen el coraje de sus convicciones», dijo Lucie Pinson, fundadora y directora ejecutiva del grupo de campaña Reclaim Finance.
Los inversionistas reaccionaron con cautela a los anuncios. Shell, ExxonMobil , Chevron y Total cayeron alrededor de 1% a 2% a primera hora de la tarde en Europa este jueves.
Pero los ejecutivos de las grandes petroleras recibieron una sacudida. Darren Woods, presidente y director ejecutivo de Exxon, dijo: «Hoy escuchamos a los accionistas sobre su deseo de promover estos esfuerzos; y estamos bien posicionados para responder».
Lo más preocupante para Exxon fue que grandes inversionistas institucionales —como BlackRock— votaron con el pequeño fondo de cobertura Engine No. 1, que presentó nuevos directores. BlackRock dijo: «La estrategia de transición energética de Exxon no alcanza a lo necesario para garantizar la resistencia financiera de la empresa en una economía baja en carbono».
Además, BlackRock citó el informe cero neto 2050 de la Agencia Internacional de Energía. Dijo a principios de mayo que todos los nuevos proyectos de combustibles fósiles deben detenerse si el mundo va a limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados. Los activistas dijeron que el informe parecía haber alentado a los accionistas a intensificar su enfoque en los problemas climáticos.
Sin embargo, hubo indicios de que las grandes petroleras no permitirán que los activistas se salgan con la suya. Por su parte, Shell dijo que tenía la intención de apelar el «decepcionante» fallo de la corte holandesa. Este decía que la compañía petrolera debe reducir las emisiones en 45% desde los niveles de 2019 para 2030.
«Se necesita una acción urgente sobre el cambio climático; por lo que hemos acelerado nuestros esfuerzos para convertirnos en una compañía de energía con cero emisiones netas para 2050, en sintonía con la sociedad», dijo un portavoz de Shell.
También, Total se comprometió a ser carbono neutral para 2050 o antes. Pero los activistas dicen que, aunque las grandes petroleras europeas asumen compromisos más fuertes que sus pares estadounidenses, todavía deben hacer más.
Reclaim Finance dijo que las grandes empresas petroleras deben detener todos los nuevos proyectos de combustibles fósiles, de acuerdo con las recomendaciones de la AIE.
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