Así fue como Google perdió la oportunidad de ser pionera en IA

  • El CEO de Character.ai, Noam Shazeer, un ex Googler que trabajó en inteligencia artificial, habló con el podcast «No Priors».
  • Dijo que Google no estaba seguro de lanzar un chatbot, por temor a las consecuencias de que dijera algo incorrecto.
  • Shazeer se fue para iniciar Character.AI, una startup que crea chatbots que pueden imitar a personas famosas.
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Google dudó durante años en lanzar un chatbot por temor a las repercusiones en caso de que dijera algo incorrecto, según Noam Shazeer, un ex ingeniero de Google Brain y una figura clave en el desarrollo de su gran tecnología de inteligencia artificial (IA) de lenguaje.

Shazeer, ahora CEO de Character.ai, habló recientemente en el podcast «No Priors» sobre su nueva empresa de IA generativa. La startup ha acumulado casi 200 millones de dólares (mdd) en fondos para permitir a los usuarios conversar con «personajes» virtuales que pueden imitar una variedad de personalidades; incluidos Elon Musk, un psicólogo y un life coach.

Al igual que ChatGPT, Character.ai es un chatbot que utiliza una gran cantidad de información basada en texto de la web. El lanzamiento de OpenAI de ChatGPT a finales del año pasado se hizo viral y creó un interés renovado en la IA generativa.

Microsoft ha invertido miles de millones en OpenAI y comenzó a integrar su tecnología en Bing para que los usuarios puedan hacer preguntas y obtener respuestas detalladas directamente en la búsqueda. Google respondió rápidamente con Bard.

Google ya llevaba años trabajando en chatbots de IA desde mucho antes del éxito de ChatGPT

El gigante de las búsquedas no tenía que encontrarse en esta posición defensiva, dijo Shazeer. De acuerdo con él, Google tenía gran parte de la tecnología lista para funcionar años antes. Shazeer fue uno de los autores principales del artículo académico Transformer de Google, que ha sido ampliamente citado como clave para los chatbots actuales. Cofundó Character.ai con Daniel De Freitas, el presidente de la startup que también vino de Google Brain.

De Freitas había estado en una «misión de toda la vida» para hacer realidad los chatbots inteligentes, e inicialmente se unió a Google en 2016 después de leer algunos de sus trabajos de investigación sobre tecnología del lenguaje, dijo Shazeer. De Freitas vio el potencial de utilizar la gran investigación lingüística de la empresa para construir un chatbot.

«No consiguió mucho personal. Comenzó como un proyecto del 20%», dijo Shazeer, refiriéndose al programa histórico de Google que permitía a los empleados pasar parte de su tiempo trabajando en proyectos paralelos. «Luego, simplemente reclutó un ejército del 20% de los ayudantes que ignoraban sus trabajos diarios y solo lo ayudaban con este sistema».

Eventualmente, De Freitas creó Meena, un chatbot que se demostró públicamente en 2020 y luego se rebautizó como LaMDA.

«Construyó algo realmente genial que realmente funcionó, mientras que otras personas estaban construyendo sistemas que simplemente fallaban», dijo Shazeer.

Google temía lo que un chatbot mal ejecutado podría hacer para su reputación

A pesar del entusiasmo de De Freitas y el apoyo de otros miembros del personal, Shazeer dice que Google no creía que un chatbot ganaría suficiente impulso como para justificar cualquier riesgo de reputación.

«Creo que era solo una cuestión de que las grandes empresas tenían preocupaciones sobre el lanzamiento de proyectos que pueden decir cualquier cosa, cuánto arriesgan versus cuánto tienen que ganar», dijo Shazeer cuando se le preguntó por qué Google no lanzó un chatbot cuanto antes.

LaMDA fue objeto de cierta controversia el año pasado después de que el ingeniero Blake Lemoine afirmara que el chatbot había obtenido conciencia propia y, por lo tanto, merecía derechos humanos. Finalmente fue despedido por la empresa.

Google también recibió un rechazo interno de investigadores de inteligencia artificial como Timnit Gebru, quien advirtió contra la publicación de cualquier cosa que pudiera causar daño. Google ha invertido mucho tiempo en capacitar a Bard para que proporcione respuestas aprobadas.

Las preocupaciones sobre los chatbots no son infundadas. Pueden responder preguntas con respuestas inexactas y producir respuestas sesgadas.

Aun así, Google ha dejado de lado gran parte de sus preocupaciones éticas por temor a que la asociación entre OpenAI y Microsoft pueda robarle cuota de mercado en el sector de las búsquedas online, según publica Bloomberg. Además, Samsung estaría considerando establecer Bing en lugar de Google como motor de búsqueda predeterminado de sus smartphones, tal y como informó el New York Times.

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